Siempre os he dicho que los niños son esponjas. Los padres son el valor a imitar más cercano y es a través de ellos como los niños y niñas forman su identidad y van explorando y conociendo el mundo.Las discusiones en presencia de nuestros deben evitarse a toda costa, porque suelen ser caldo de cultivo para faltarnos el respeto.
Muchas veces la rutina, el cansancio, los inconvenientes laborales o las diferencias de opinión en algún tema relacionado con la educación de nuestros pequeños, nos lleva a los padres a discutir por una incompatibilidad de opiniones.
Así como vean en casa que nos dejamos tratar, se dejarán tratar ellos en el futuro. De la misma forma que tratemos a nuestra pareja, así entenderán ellos y ellas que es una relación normal y la aceptarán integrándola en su pequeño ser.
Sabemos que no es bueno que los niños y niñas presencien discusiones y en la medida de lo posible, debemos hacer todas las partes a veces un gran ejercicio de contención para guardar la rabia y posponer la discusión para otro momento en el que los peques no estén presentes. Como siempre, hay una parte positiva, y es que si aprendéis (porque nadie nace enseñado) a descubriros cuando estáis a punto de sacar fuera esa rabia y la contenéis o la exteriorizáis en otro momento o con otro quehacer, cuando volváis a retomar la discusión lo haréis desde la calma y la lógica.
Es importante tomar conciencia del daño emocional que les hacemos a nuestros hijos e hijas cuando nos faltamos el respeto porque estamos enfadados. El mismo respeto que queremos que les tengan en un futuro a nuestros hijos y hijas, es el que le debemos a nuestra pareja.
Los niños pueden percibir que son ellos los responsables de que los padres discutan, entristecerse, tener dificultad para conciliar el sueño o incluso ponerse enfermos por una bajada de defensas.En ocasiones la forma que tienen los peques de revelarse contra una situación no armoniosa en el hogar es a través de los mocos. Con esta entrada no pretendo haceros sentir responsables de que vuestros hijos se pongan enfermos porque os discutáis, pero sí me gustaría que reflexionarais y os sirviera de ayuda para empezar a aprender a contenerse y evitar a los peques esas situaciones angustiosas que de nada les ayudan en su bienestar emocional.
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