De la misma forma que para mantener relaciones sexuales los humanos y la mayoría de mamíferos, necesitan un espacio íntimo, para dar a luz los humanos y la mayoría de mamíferas, durante el parto, necesitamos tranquilidad y un ambiente relajado en el que nos sintamos protegidas.
En el caso el parto, como en cualquier caso, hay que valorar todos los elementos y las interconexiones entre ellos. No podemos decir que el parto es seguro en un hospital al 100% ni que el parto es seguro en casa al 100%. Existen factores que retrasan y alargan o entorpecen el proceso de parto como la obligatoriedad de mantener determinada postura (normalmente tumbada en contra de la gravedad) o que tengas ante tus partes íntimas 20 estudiantes que están visitando la maternidad para aprender la asignatura.
Ni don Juan ni Juanillo…Ni blanco ni negro…Si realmente el hospital, por sus avances y medios, es un entorno seguro…¿Por qué no adaptarlo para que las mujeres nos sintamos más “en casa”? No es plato de buen gusto de ninguna madre que te tengan en un box en el que estás escuchando las mil y unas historias y conversaciones que están sucediendo a tu alrededor, con ruidos de máquinas, luz de fluorescentes y visitas continuas de la comadrona para hacer tactos u otras maniobras. En mi primer parto me hicieron multitud de tactos vaginales ya que pillé todos los cambios de turno del fin de semana. A mí los tactos me ponían muy tensa y además me dolían, hasta el punto de sangrar cada vez que me hacían uno nuevo de la gran inflamación que tenía. ¿Sabéis que es la línea púrpura?
La línea púrpura es una alternativa a tanto tacto vaginal y se realiza simplemente con la observación de una línea que aparece desde el ano hacia la espalda ascendiendo a medida que la mujer va dilatando.
¿Por qué motivo dejamos de hacer caso a métodos más respetuosos para emplear otros tan invasivos durante el parto?
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