Pesadillas y terrores nocturnos ¿en qué se diferencian?
Las pesadillas y los terrores nocturnos son problemas del sueño bastante frecuentes en la infancia, que se incluyen en el grupo de las Parasomnias.
Y las Parasomnias, ¿qué son?
Son fenómenos que pueden interrumpir el sueño caracterizados por conductas motoras (como el sonambulismo) y vegetativas que se producen en las diferentes fases del sueño.
Pesadillas |
Terrores Nocturnos |
Aparecen en la fase de sueño REM (es la más corta, el cerebro permanece activo. | Aparecen en la fase III y IV |
Aparecen casi al final de la noche | Aparecen en el primer tercio de la noche. Entre 1y 3 horas después de acostarse |
No suelen aparecer vocalizaciones | El niño suele llorar y gritar, además aparecen vocalizaciones |
No suelen presentar muchos movimientos | Se observa bastante movimiento |
La actividad fisiológica es moderada. | Cambios importantes en la tasa cardíaca,aumento de la respiración, sudoración. |
Suelen despertarse, y responden fácilmente a los ruidos. | Les cuesta despertarse. |
Recuerdan lo que han soñado | No lo recuerdan |
Muy frecuentes, y más en niñas | Poco frecuentes, más en niños. |
Comunes entre los 3 y 6 años | Comunes entre los 2 y 3 años |
Las pesadillas
Suelen ser sueños largos que hacen referencia a situaciones que implican un peligro para la vida del niño. Además suelen ser vividas como muy angustiosas porque los pequeños al despertarse suelen tener un recuerdo muy vivido de lo soñado. Por lo que suelen provocar una sensación de miedo que suele interferir a la hora de recuperar el sueño, siendo común en ocasiones problemas de insomnio por miedo a volver a soñar. Por ello, es muy importante el apoyo de los padres en ese momento, y el ayudarles a tranquilizarse quitando importancia y realidad a lo soñado. Incluso en ocasiones se hará necesario el acompañar a los niños mientras vuelven a quedarse dormidos.
Es un problema común entre los 3 y 6 años que suele desaparecer espontáneamente. Siendo más frecuente en mujeres que en hombres.
Terrores nocturnos
Al igual que las pesadillas, son reacciones de temor durante la noche, pero la diferencia fundamental, es que a pesar de la alta activación de los niños, los gritos y el llanto, los pequeños al despertarse no suelen recordar nada. Por ello, no es recomendable despertarles, porque si les despertamos durante el sueño, suelen hacerlo desorientados y confusos, es mejor dejarles, porque probablemente si no se despiertan a la mañana siguiente no recordarán nada. Si puede ser bueno permanecer en la puerta de la habitación por si se despertaran para tranquilizarles. A diferencia de las pesadillas es más frecuente en niños y la edad a la que suelen aparecer suele ser entre los 2 y 3 años.