Viajar en barco con Bebés.
Este año los números no nos salen, pero mi marido y yo hemos estado hablando y vamos a intentar ahorrar algo de dinero para poder realizar el año que viene un crucero con nuestra hija. ¿Vosotros habéis viajado en barco con bebés o niños pequeños alguna vez?
Nosotros creemos que es una de las mejores opciones de vacaciones en familia, porque “el hotel” se mueve contigo mientras recorres diferentes destinos. Cuando embarcas, despliegas campamento en tu camarote y vayas donde vayas no tienes que andar haciendo y deshaciendo maletas cada dos días.
Además, muchos cruceros tienen precios especiales para niños. Y en algunos de ellos (creo que en la mayoría, por no decir todos y pillarme los dedos) los bebés menores de dos años viajan gratis y los menores de 12, con un 5% de descuento.
Se lo tienen que pasar bomba. Solamente con ver el paisaje marino, los delfines, los bancos de peces, los paseos por cubierta, los juegos… Les debe resultar una experiencia inolvidable. ¿No creéis?
Y como el barco es un medio de transporte grande, el viaje se hace menos pesado, porque pueden moverse de un lado a otro.
Incluso, en muchos barcos hay animadores que realizan actividades especiales para niños. Y en algunos, si lo pides con antelación, los padres pueden contratar el servicio de una niñera a bordo para poder disfrutar de un ratito de relax mientras ella se encarga del pequeñín, que por su lado también se lo pasará pipa.
Si os habéis planteado viajar en barco con vuestros hijos y habéis cotilleado un poco la oferta, sabréis que hay cruceros especiales para viajar en familia en los que los niños son protagonistas.
Los de Disney, por ejemplo, fueron de los primeros en ponerse en marcha. En ellos viajan Mickey, Minnie, Donald y un montón más de personajes Disney que interactúan con los niños, para los que hay actividades preparadas, zonas de juego, teatro…
También se ha subido al carro de cruceros familiares la compañía Royal Carribean, que oferta cruceros con los personajes de DreamWorks. Me moriría por practicar un poquito de Taichi en la cubierta del barco junto a Po, el prota de Kung Fu Panda, tomar unas cañas con el Gato con Botas o echar una parrafada con Fionna y Shrek, para ver qué tal se apañan cuando los niños llegan a casa llenos de porquería hasta las orejas… No sé yo quién iba a disfrutar más, si mi hija o nosotros…
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