Cuando una madre decide dedicar el tiempo de su vida, aunque sea temporalmente, a la crianza de sus hijos y al bienestar de su familia, por encima de su porvenir profesional, no se le pueden soltar según qué frescas. Como en todo, antes de hablar, hay que pensar.
Cuando sacrificaba tantas horas estudiando a la vez que trabajando, porque yo no he tenido la suerte de poder dedicarme sólo a estudiar, no pensaba que en un futuro tendría que escoger entre el mejor trabajo de mi vida o ser una madre a tiempo completo.
Cuando mi actual marido se iba de fiesta con sus amigos y yo me quedaba hasta las tantas estudiando en época de exámenes, tampoco pensaba que la carrera me iba a servir de tan poco. Cuando me gasté un dineral en un máster, que tuve que pagar a plazos, tampoco pensaba que la prevención de los riesgos laborales fuera a darme tan poco a cambio.
Por eso, cuando escucho decir según qué lindeces a una madre que trabaja en casa, de para colmo, mujeres, me quedo “abobadada”.
Sí, porque yo he renunciado a muchas cosas por poder estar el mayor tiempo posible con mis hijos y no tener que dejarlos “en acogida”, lo mínimo posible al comedor o atiborrarlos de actividades extraescolares. A mis niños los acojo yo, y aunque hayamos tenido que cambiar el chip en cuanto a la economía y al consumo, mucho más responsable y consciente ahora, estoy feliz de la decisión.
Disfruto despertando a mi hija cada mañana, peinando sus trenzas, mirando cuando sonríe el huequito que ha dejado al caer su primer diente, preparando magdalenas con su amiga del cole…Y disfruto bailando con mi bebé, dándole el pecho a demanda y sin prisas…
Por eso me ha gustado tanto la entrada que os enlazo aquí
En conclusión, antes de decirle algo a una mami que está dedicando su tiempo a su familia, por favor… ¡Pensar lo que vais a decir dos veces … o tres !!!!
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