Un día de playa del bebé. La indispensable crema solar

Ya hablamos en otra ocasión de las cosas de las que no podíamos prescindir (a priori) al pensar en el soñado viaje (primer viaje) y pasar un día de playa con nuestro hijo de quince meses.

Una de las cosas que jamás pueden faltar son las cremas solares. Es cierto que en verano no son sólo necesarias para nuestros bebés en la playa, estemos donde estemos deben ir con protección porque su piel es mucho más sensible que la de los adultos.

un día de playa, protección solar

Sin embargo, en un día de playa, la exposición al sol será más prolongada. Es muy raro que el niño aguante quieto en la sombra de la sombrilla de turno, querrá moverse, ir a la orilla, coger arena, agua, moverse en definitiva. Y cuanto más se mueva, a poco que sude, el sol le afectará más. Así que, sin discusión, crema solar al canto. Eso sí, si tu hijo es menor de seis meses, lo que no es recomendable es echarle crema de ningún tipo pero como la protección contra el sol es, quizás, más crucial en esos casos, habrá que ingeniárselas para que le dé la sombra todo el rato. No es cuestión de convertirle en un ermitaño desde pequeñito, le tiene que dar el aire, pero el sol directo, nada de nada.

Cuando los bebés son mayores, como el nuestro, sí hay que darles cremas.Lo primordial es que sean, como poco, de protección 30.Las hay de muchas marcas pero habrá que fijarse en que sean lo más hidratantes posibles, que sean resistentes al agua, a su vez (se bañará y os aseguro que no es fácil darle una “capa” de crema como para tener que darle más de una…) y que estén formuladas especialmente para bebés o, en su defecto, para pieles sensibles.

gorrito para el sol, un día de playa

La piel de los pequeños contiene menos melanina que la de los adultos y por eso ante una exposición al sol presentan una menor protección que nosotros y los rayos ultravioletas del sol podrían ocasionarle daños sin esa protección adecuada.

Conviene que se le dé la crema no ya cuando estemos en la playa sino antes de salir de casa. No os olvidéis que incluso los días nublados los rayos ultravioletas pueden hacer estragos por lo que las cremas hay que ponerlas también esos días. Y cuidado al dárselo en la cara. Como no andemos con ojo o por el sudor o por que se frote la cara y los ojos con las manitas, le entre crema en los ojos, tendremos un problema mayor (hablo por experiencia). La irritación le pasará de los ojos al resto del cuerpo y es muy posible que tarde en dejar de llorar y berrear.

un día de playa y la protección solar

Si no habéis conseguido evitar el episodio de “contaminación”, proporcionar directamente en el ojo suero fisiológico a chorro. Y ayudaos de una gasita limpia (una por ojo) para depurar el suero echado.

Aunque, de todos modos, no es ninguna batalla que no se pueda ganar. Pero la protección contra el sol en un día de playa, es lo primero.

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Un Padre con la L
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