TIPOS DE DIARREA (PARTE I)

 

DIARREA AGUDA

Tiene un comienzo brusco, una duración limitada y su principal consecuencia es que, fácilmente, conduce a la deshidratación. Su causa suele ser infecciosa.

 

Bacteriana

La más frecuente es el Campylobacter jejuni, que se aísla en un 5 – 10% de los niños afectos de diarrea, con una clínica parecida a una infección por Salmonella o Shigella, que son otras bacterias posibles de estos cuadros así como la Escherichia coli y la Yersinia enterocolítica.

 

Viral

Es la primera causa de diarrea en los países desarrollados, sobre todo el Rotavirus. En los meses de invierno afecta a niños de entre 6 meses y 4 – 5 años preferentemente. Cursa con fiebre, síntomas catarrales y diarrea, y se produce un déficit en las enzimas del organismo y alteraciones en la absorción de nutrientes.

 

Parasitaria

El parásito que se detecta con mayor frecuencia es la Giardia lamblia, que encuentra en las guarderías infantiles las mejores condiciones para mantenerse endémicamente.

 

Otros tipos de diarrea no están asociadas a infecciones del aparato digestivo sino a infecciones diversas, con frecuencia infecciones de las vías respiratorias (amigdalitis, otitis, etc.)

Diarreas de causa alimentaria, por transgresiones alimentarias, sensibilidad a nuevos alimentos o poca alimentación o malnutrición.

Diarreas por ingesta prolongada de antibióticos orales.

Diarreas por otras causas ocupan el 15 – 45% del total de las diarreas.

 

Tratamiento.

Rehidratación.

Es importante dejar al niño unas horas a dieta para que su intestino recupere la capacidad digestiva, este período facilita además la eliminación de gérmenes y toxinas. El tratamiento puede establecerse en casa en la mayoría de los casos, excepto en niños con deshidratación moderada o intensa en los que será necesario un seguimiento hospitalario.

Los niños sin deshidratación o con deshidratación leve pueden ser tratados con una solución rehidratante por vía oral. En bebés debe consultar al pediatra antes de darle la solución de rehidratación oral.

Se le ofrece al niño cada 5 – 10 minutos, durante un período de 4 – 6 horas, si lo tolera bien al cabo de este tiempo se inicia la fase de alimentación.

 

Dieta y realimentación.

Lactantes menores de 6 meses alimentados con fórmula.

Después de la fase de rehidratación oral, se introducirá la alimentación con la misma leche adaptada. Si esto ocasiona un empeoramiento de la diarrea, se sustituye durante 4 o 6 semanas por una fórmula sin lactosa. En algunas ocasiones, la intolerancia alimentaria que se produce es debida a las proteínas de la leche de vaca, en cuyo caso se recomienda la administración de leches exentas de lactosa y proteínas vacunas.

 

Lactantes menores de 6 meses alimentados con leche materna.

Deben reiniciar esta alimentación con el mismo ritmo que lo hacían antes del proceso diarreico.

 

Lactantes entre 6 y 15 meses.

Se introducirá una alimentación fraccionada y diversificada pero astringente (harina de arroz y zanahoria, patatas, manzana y plátanos u otros alimentos con hidratos de carbono diferentes de la lactosa).

 

Niños mayores de 15 meses.

Se aconseja seguir en las primeras 24 – 48 horas una dieta sin lactosa, sin frutas (excepto manzana y plátano) y sin verduras. Compuesta fundamentalmente de patatas, arroz, zanahoria, pan, maíz, carne, pescado, sal y aceite de oliva cocinados de forma sencilla. Reintroduciendo los demás alimentos lo antes posible.

 

 

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Acerca de Paloma

Enfermera Pediatría
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