¿Cuáles son los riesgos y las ventajas de la anestesia epidural?

Anestesia epidural

Hoy en día, la anestesia epidural es el método más utilizado para aliviar el dolor de las contracciones durante todo el proceso de parto. Según un artículo de 2014 titulado “Partos sin epidural, ¿madres más felices?” publicado en la revista Consumer, “siete de cada diez mujeres que dan a luz en España” la solicitan.

Consiste en la introducción, por parte de un anestesista, de un fino catéter en la espalda, en una zona exacta localizada entre dos vértebras (el llamado espacio epidural) a través del cual se administra un analgésico que bloquea las terminaciones nerviosas y hace desaparecer el dolor de la parte inferior del cuerpo.

No obstante, a pesar de que en un gran porcentaje de casos todo sale bien, no debemos olvidar que se trata de una una técnica médica que, como cualquier otra, presenta una serie de riesgos, pero también de ventajas.

Riesgos de la utilización de la anestesia epidural

Cabe matizar que se trata de riesgos, no de consecuencias que sucederán con todo pronóstico. En ocasiones no ocurre nada y la madre tiene un parto y postparto completamente normales. Una vez aclarado este punto, continuemos…

- Ralentización del proceso de parto, incrementándose el tiempo de las fases de dilatación y expulsivo (se dice que la mujer pierde la capacidad de empujar al no sentir las contracciones de la misma manera que en un parto sin epidural)

- Mayor probabilidad de tener que recurrir a una cesárea

- Fallos anestésicos; es decir, que la epidural no haga el efecto deseado en ambos lados del cuerpo

- Aumento de las probabilidades de tener un parto instrumentalizado

- Dolores de cabeza persistentes un tiempo después del parto

- Descenso de la tensión arterial de la madre, que puede provocar una bajada del ritmo cardíaco del bebé

- Temblores y escalofríos, durante el parto y después.

- Dificultad para controlar la orina durante el parto

- Dolor en la zona de punción

Ventajas de la utilización de la anestesia epidural

La principal ventaja de la anestesia epidural es la eliminación del dolor de la madre causado por las contracciones. En partos largos, en los que el período de dilatación se alarga durante horas e incluso días, constituye una buena forma de asegurar que la futura mamá va a llegar con las suficientes fuerzas a la fase clave: el expulsivo.

No obstante, cada mujer tiene el derecho de recibir toda la información necesaria por parte del personal médico que atiende su parto, prestando atención a los efectos deseados y no deseados,  para decidir si quiere o no la anestesia epidural. Es una decisión personal e intransferible. Porque el parto es nuestro, no lo olvidemos. ;)

¿Te pusieron la epidural?

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