Te conviertes en madre y de la noche a la mañana comienzas a escuchar palabras que no sabías ni que existían y que, por supuesto, te suenan a chino: bronquiolitis, perlas de leche, cólicos del lactante, percentiles… Toca ponerse al día cuanto antes. 
¿Qué son exactamente los percentiles?
Son unas tablas estadísticas de crecimiento (peso y altura), perímetro craneal e índice de masa corporal que manejan pediatra y enfermera, empleadas para ir registrando cada uno de estos parámetros desde el momento del nacimiento y poder detectar posibles problemas durante la más tierna infancia.
En otras palabras, se trata de una comparación. Y ya se sabe lo que ocurre con ellas: a veces son odiosas
Van del 3 al 97 y causan ansiedad en muchas madres y padres, preocupados porque sus hijos se encuentran situados en un percentil muy bajo o muy alto. Hay para todos los gustos
¿Qué significa estar en el percentil 3 de peso?
Únicamente que de 100 niños, 3 pesan menos que el tuyo y 97 tienen un peso superior.
¿Y estar en el 97?
Pues que tu hijo es grande para la edad que tiene: solo 3 pesan más que él, si tomamos una muestra de 100 niños. Y los 97 restantes pesan menos.
¿Mi hijo tiene algún problema si está en el percentil 3 o incluso fuera de toda gráfica?
Claro que no. Como hemos dicho antes, se trata solo de una estadística. Lo importante es que el niño tenga una buena alimentación y un correcto desarrollo físico e intelectual. En otras palabras, que esté sano.
Cada uno de nosotros tenemos una constitución y una forma física. Hay personas altas, bajas y de mediana estatura. Otras más gruesas y más delgadas, que no engordan a pesar de lo que coman. Y todas pueden estar sanas o no, independientemente de lo que pesen o midan.
Únicamente sería signo de que algo va mal si el niño comienza a bajar de peso (y en consecuencia de percentiles) de forma continuada (es normal que pierdan gramos o incluso algún kilo cuando están malitos) o se observa un estancamiento en su altura. En ese caso el pediatra debería plantearse realizar un estudio exhaustivo para encontrar las causas. Pero si el niño va creciendo a su ritmo, olvidémonos de los percentiles que tanto quebraderos de cabeza nos causan.
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