El aire en los hogares de las ciudades está muy viciado, más que el aire de la calle. En casas donde hay poca ventilación y sobre todo en los dormitorios que no se pueden poner plantas podemos hacer uso de purificadores de aire sino es que nuestro aparato de aire acondicionado ya tiene esta función.
Para mí eran desconocidos hasta que mi hermana me regaló uno. El mío es un aparato pequeño que enciendo por la noche y además me sirve de luz indirecta para poder ver algo cuando el bebé se despierta y quiere pecho. (Aunque ya le va cogiendo el tranquillo a usar el sentido del tacto y supongo que del olor ¡ y a veces se engancha sin que me dé cuenta!).
Y diréis, qué exagerada…puede ser, pero resulta que para personas alérgicas como mi marido y yo, la época de cambio de armario cada estación se convierte en un sinfín de estornudos, mocos y ojos lagrimeando por doquier. Y no es que estemos tristes porque se acaba el otoño, sino que nuestro sistema inmunológico reacciona ante los ácaros con estos molestos síntomas.
En nuestro caso cada cambio de ropa supone miles de lavadoras porque tenemos que lavarlo todo, aunque haya estado guardado en bolsas al vacío. Comprobado. Como nos pongamos una pieza sin lavar…tararí que te ví.
Los purificadores de aire domésticos ayudan a eliminar los agentes contaminantes del aire como microbios y alérgenos como los ácaros o el polen. Unos purificadores de aire usan filtros de carbón activo, de titanio, de iones negativos e incluso generan ozono reteniendo las partículas y destruyendo los gérmenes por los rayos ultravioletas.
Así que ya sabéis una cosa más, si tenéis que rellenar la carta de los Reyes Magos no dudéis en incluir un purificador del aire para la habitación de dormir de vuestros peques.
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