Proteger los ojos de nuestros pequeños frente al sol

Con la llegada del buen tiempo, el sol empieza a brillar con más fuerza y es importante que todos nos proteger y especialmente los más pequeños, que siempre son más débiles.

protéger los ojos

Aun así, suele pensarse que hay que centrar la atención en la piel de los pequeños, por lo que, en la mayoría de los casos, los padres suelen estar concienciados de la importancia de utilizar cremas con un factor de protección solar alto e incluso son conscientes, en la mayoría de los casos, de que no deben exponer a los pequeños en los momentos del día en los que los rayos del sol pueden hacer más daño en su piel.

Pero, ¿y proteger sus ojos?

proteger ojos

Es importantísimo que pensemos en que los ojos de los pequeños también sufren ante los rayos, aunque como antes comentaba la tendencia es pensar en sólo proteger la piel. De hecho, así lo indicaba recientemente una investigación que incidía en el hecho de que un 80 por ciento de los papás y mamás no dejan que la piel de su pequeño sufra la incidencia del sol, mientras que sólo un 25 por ciento se da cuenta de que su hijo está desprotegido, en lo que a su salud ocular se refiere.

De hecho, los ojos de los niños son especialmente sensibles a la radiación UV, más sensibles que los adultos, por lo que, los daños pueden ser mayores. De hecho, si profundizamos en esta cuestión, no debemos pasar por alto datos tan importantes como que la incidencia de los rayos UV son mucho mayores en un niño de diez años, por ejemplo respecto a un adulto de 30. De hecho, el cristalino del pequeño dejará pasar el 75 por ciento de los rayos, mientras que conforme el ojo va “madurando” a la vez que crecemos, sólo pasará el 10 por ciento. De este modo, aunque pensemos que una vez que el niño crece, el problema se soluciona, si se ve expuesto durante su infancia, puede tener consecuencias o problemas graves después cuando sea mayor.

proteger ojos

Asimismo, aunque a los adultos les suela gustar tomar el sol, es cierto que los niños pasan mucho más tiempo bajo el “Lorenzo”. Un claro ejemplo es que, todos los días, un niño sale al recreo en el colegio, aunque sea media hora e incluso más. Si pensamos luego en una persona que trabaja en una oficina, es evidente que está menos expuesta a los rayos solares, sobre todo en las horas más críticas, como son las doce de la mañana. Además, los adultos suelen utilizar con frecuencia gafas de sol que les protegen, mientras que en el caso de los niños no es tan habitual y… ¿realmente sabemos qué características deben tener estas gafas para los peques, en el caso de que se las compremos? Podeis encontrar información sobre esto en el post que publiqué hace unos días sobre las gafas de sol para niños.

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Acerca de Maria José

Periodista y Blogger
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