Las personas mayores tienen mucho que ofrecer y compartir y en ocasiones están en residencias donde como mucho reciben una visita de algún familiar cada cierto tiempo.
Aunque se valgan por sí mismos/as y puedan estar en casa, la ajetreada vida que llevamos el resto de mortales no nos permite visitarlos lo mucho que ellos quisieran y es que la soledad, después de haber llevado una vida activa, es muy dura.
El día tiene muchas horas y no todas se pueden suplir con un paseo, un rato de televisión, una visita o una llamada.
Lo que a muchos nos resulta penoso por convertirse en rutina, es algo que las personas mayores suelen echar de menos.
Es duro ver cómo las personas a las que has cuidado ya no te necesitan, sino que la mayoría de las veces ocurre lo contrario y eres tú el que necesita ayuda de los demás.
Hoy os vengo a contar un estupendo proyecto que ha permitido que pequeños y mayores se beneficien mutuamente de compartir un mismo espacio durante un tiempo determinado.
En Seattle han llevado a cabo una bonita iniciativa en la que pequeños/as y mayores han podido beneficiarse de compartir tiempo juntos y aprender muchas cosas del otro.
El hecho de que haya educadoras de por medio en este espacio, permite que ancianos y pequeños puedan estar juntos y compartir experiencias que llenarán de buenas vibraciones sus vidas.
La residencia para ancianos Providence Mount St. Vincent es además del hogar de más de 400 ancianos/as una escuela de educación infantil.
Os dejo con el vídeo, titulado “Present Perfect” (Perfecto Presente) donde podéis ver con vuestros propios ojos la emoción en los rostros de las personas mayores, que han vivido una bonita experiencia que les hace borrar la pena que sienten por su soledad.
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