Parto humanizado, se impone la lógica
Estamos acostumbrados a que el taxista nos pregunte por dónde queremos ir a la dirección que le indicamos, que en el taller nos pidan permiso para hacer este u otro arreglo en nuestro coche, que en un restaurante nos pregunten sobre nuestros gustos antes de que nos traigan el plato que hemos pedido…
Sin embargo, siempre hemos considerado normal que sea el médico que atiende a nuestra mujer en el parto quien tome todas y cada una de las decisiones de, posiblemente, el más o uno de los días más importantes de nuestras vidas.
A nadie le importaba hasta hace bien poco que el facultativo (no todos, afortunadamente) tuviese una timba de cartas en casa o quisiera ver un partido de fútbol o hubiese quedado para ir al cine o, simplemente, fuese víctima de un sistema que, como en una producción industrial, le obliga a atender pacientes como clientes en la cola del súper y, en consecuencia, tuviese prisa por terminar con nuestra mujer. Bueno, terminar con el parto de nuestra mujer, obviamente, ufffff.
Por fortuna, la lógica parece que se impone y gracias a la labor extraordinaria del colectivo de matronas, madres y padres informados y comprometidos, médicos del siglo XXI, enfermeros/as, que se han partido el cobre contra la tendencia retrógrada imperante, cada vez en más hospitales de nuestro país se practica el llamado “Parto Humanizado”.
Aunque es un término que no acaba de gustarme sí creo que transmite el lado humano de la filosofía que hay detrás. Mostrar consideración por la futura madre en todo el proceso, por su simplicidad, es una revolución en sí mismo pero, sobre todo, un acto de justicia.
Porque, ¿quién mejor que la madre para saber cómo dilata mejor, caminando, sentada o de pie? ¿Quién, si no la futura mamá, conoce su cuerpo para que, con unas posturas o unos movimientos determinados, se alivien los dolores del parto? ¿Quién más que la mujer a punto de parir tiene derecho a decidir sobre un rasurado o un enema?
Los profesionales modernos saben que la implicación de la madre en todo el parto beneficia a todos, madre, bebé y quienes ayudan en la llegada al mundo del pequeño.
No sé si es correcto el término “Humanizado”, tampoco es que fuera “deshumanizado” el usado mayoritariamente hasta ahora. Pero era injusto. Y se está empezando a hacer justicia, por fin.
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