Personalmente pienso que somos unos afortunados, quienes contamos o hemos contado con nuestros padres para la crianza de nuestros hijos. Por lo general, va a ser a las primeras personas que va a recurrir en caso de necesidad. Los padres y madres siempre están dispuestos para lo que necesitemos igual que nosotros lo estamos con nuestros hijos.
El benéfico va más allá de su disponibilidad, también añadimos la experiencia tan gratificante que supone para los peques. Seguro que ya te has dado cuenta la carita que pone o ha puesto desde bebé al ver llegar a sus abuelos. Compartir con ellos unas horas, incluso alguna noche, va a ser para los niños una experiencia divertida y tierna a la vez.
Cuando nuestros padres comparten con nosotros la crianza de nuestros hijos
La emoción que siente un abuelo al llegar el bebé a casa no tiene límites. Están pendientes hasta en el último detalle para que tanto vosotros como el bebé os sintáis lo más cómodo posible.
Aquí es donde les tenéis que echar una mano. Necesitan saber cómo quieres que se cuide al chiquitín, en especial el método utilizado para el aseo y cambio del pañal, descanso y alimentación.
Adelántate a los acontecimientos y no esperes a que llegue el día en el que se quedan con ellos para indicarles desde cómo se cierra el cochecito, se instala al peque en la silla del coche, la forma más cómoda para tomar el biberón o el ritual que utilizas para dormir.
Comparte con ellos tu experiencia con los cuidados del bebé, al mismo tiempo que disfrutan de una nueva forma de crianza, van conociendo y disfrutando de cada uno de los momentos con su pequeñín.
Recuerda, si tus padres van a cuidar del bebé hasta su entrada en la escuela infantil, equipar su casa con artículos básicos y necesarios para su crianza.
