Llamar a nuestras a madres a menudo para preguntar cosas de “madres” es lo más normal del mundo. Ser madre no es fácil, ¿y quién mejor para resolver nuestras dudas que la mujer que nos trajo al mundo, nos crió, nos educó y que gracias a ella somos las personas que hoy en día la llaman y le dicen todo lo que la adoran?
Madre no hay más que una y no podemos negar que cuando existen un conflicto interno, la mejor persona para resolverlo es sin duda, ella. Mientras podamos descolgar el teléfono y llamar a nuestra madre significa que aún tenemos la suerte de contar con ella a nuestro lado, y sólo por eso, llamarla es algo que debemos hacer cada día. Pero, ¿por qué motivos llamas a tu madre a menudo?
Para pedir una receta
Todas sabemos que nunca nos saldrá el mismo sabor en el estofado que le sale a ella, pero queremos intentarlo una y otra vez. A veces apuntamos las recetas, otras queremos acordarnos de cabeza… pero siempre faltará un ingrediente que nos tendrá que repetir, y sobre todo, decirnos su ingrediente secreto. Pero, ¡shhhhhhhhhht! Que nadie se entere.
Para hacer de enfermera a distancia
Ya sea para nosotras o para preguntar qué debes darle a tu hijo para los mocos, es más que probable que llames a tu madre para que te aconseje. Y sí, puedes admitir que sueles confiar más en tu madre y en sus remedios que en lo que te dice la pediatra… todas lo hacemos.
Preguntas de limpieza
Es posible que tu pequeño te haya manchado de chocolate esa funda de sofá que tanto te gusta o quizá su colcha de la cama. Pero antes de entrar en pánico, lo mejor que puedes hacer es descolgar el teléfono y llamar a tu madre para que te dé sus remedios mágicos para quitar manchas. Y si además son remedios caseros… ¡mejor! Siempre funcionan.
Acompañarte al médico
Sí, para ir al médico con tus hijos eres tú la responsable de acompañarles… pero mientras tu madre pueda acompañarte a la visita con el doctor, le preguntarás si puede acompañarte. ¿Qué mejor compañía que la de tu madre?
No te lo vas a creer…
Y sí, cuando nos sucede algo que necesitamos contar a alguien de confianza, ¡descolgamos el teléfono y se lo contamos a nuestra madre! ¿Quién mejor que ella para entendernos?
¿Tú también llamas a tu madre a menudo? ¡Cuéntanos por qué!
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