Mi hijo acaba de cumplir dieciséis meses y se mueve muchísimo. El caso es que siempre se ha movido muchísimo. Evidentemente, en cada momento dentro de sus posibilidades de movimiento pero siempre mucho.
Lo que me planteo es si es, simplemente, un “culo de mal asiento” o pudiera ser hiperactivo.
Para ello, hay que buscar cuáles son los síntomas (y las consecuencias ya que muchas veces a través de las consecuencias se adivina un problema) que académicamente se consideran para establecer que existe una hiperactividad y, si no se cumple, descartar… y respirar porque no me imagino que pueda estar toda la vida con este nivel de actividad.
En primer lugar, la hiperactividad afecta muy directamente a la vida social del niño. Se suele presentar antes de los siete años y parece que hay más casos documentados con edades contadas en años más que en meses pero, en fin…
Para ser hiperactivos deben tener una actividad o verbal o de movimientos inusual y que no tiene un objetivo claro, es decir, que no tiene mucho que ver con la tarea con la que se supone que está centrado.Otro aspecto que tener en cuenta es que suelen atender poco a labores que le puedan parecer largas o tediosas.
Mi hijo, es verdad, no suele estar más de quince segundos haciendo lo mismo…
Además, les cuesta controlar los impulsos y no consideran las consecuencias de las cosas que hacen de manera impulsiva.Otros aspectos de la posible hiperactividad son la desorganización y que los cambios de tiempo les afecta al humor.
Lo cierto es que, si me pongo a repasar, mi hijo parecer mostrar varias de las cosas que acabo de describir (tal vez el tema de verse afectado por los cambios de tiempo no tanto…) pero no llego a atreverme a asegurar que sea hiperactivo.
¡¡¡Lo que sí puedo decir es que mi hijo es a-go-ta-dor!!!
Aunque será cosa de su edad, digo yo…
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