Hay mamás y papás que se preguntan qué hacer y también que se desesperan cuando su hijo, en vez de jugar con sus muñecos los tira o rompe, es decir, cuando destroza todo lo que se encuentra a su alrededor y sin motivo alguno, que es lo que suele enfadar en mayor medida a sus padres.
Sin embargo, cuando los pequeños cumplen un añito empiezan a descubrir el mundo que está a su alrededor, quieren conocerlo, palparlo, saborearlo… y en algunos casos esto se traduce en que se vuelvan algo “destrozones”.
De este modo, cuando veas a tu pequeño desmembrar a sus muñecos, tirarlos, abrirlos para ver qué hay en su interior, arrancar o arrugar las hojas de sus libros, chupar algunos de sus muñecos e incluso pisarlos sin prestar atención a que están bajo sus pies… intenta serenarte y entender que a esta edad esta forma de comportarse, hasta cierto punto, es normal. Aunque, como antes comenté, no comprendáis el por qué de ese comportamiento y os centréis en el hecho en sí, para el pequeño quizás tirar un vaso no sea más que una forma de experimentar qué hace o cómo reacciona ese objeto al caer. El sonido que haga, si se rompe o no, si rebota hacia sus manos… tu pequeño está experimentando.
Sin embargo, también es cierto que tendréis que controlar estos comportamientos para que el niño también aprenda a valorar las cosas y a entender poco a poco que el mundo no funciona así y a controlar esos impulsos.
Además, al hecho de querer conocer cómo funciona todo a su alrededor, se une la falta de destreza manual. Los adultos comprendemos que los objetos de cristal hay que cogerlos con cuidado y tenemos esa capacidad de controlar los movimientos con aquello que es frágil. Los pequeños además de no saber que puede romperse, son más bruscos, no pueden coger aún las cosas con cuidado, como solemos decir.
Aun así, seréis vosotros los que le iréis ayudando a desarrollar estas habilidades. Compradle juguetes que le obliguen a poner en juego ciertas destrezas, como por ejemplo puzzles donde encajar las piezas, muñecos que se monten y desmonten para que aprendan a colocar cada cosa en su lugar. Además, será también entonces cuando tengáis que sentaros a su lado para ayudarle y aconsejarle sobre cómo hacer cada cosa. Si poco a poco aprende a pasar las páginas de sus cuentos con más delicadeza, a poner las piezas unas sobre otras para hacer un precioso castillo… no será porque de un día para otro lo haga sin más, sino que vosotros, papá y mamá, colocaréis esas primeras piezas y le mostraréis cómo se hace y lo bien que queda así y no todo tirado por el suelo. Asimismo, cuando él lo haga, hacedle saber, aunque sea con gestos, que así va por el buen camino.
Sin embargo, también es cierto que, aunque normalmente este afán por romper, tirar… es sólo fruto de la edad, en otros casos, si el pequeño, a pesar de lo que le explicáis y de vuestra ayuda, continúa haciendo eso cuando se enfada, ya será diferente. Entonces puede que él sí que sea consciente de que eso está mal y lo utilice como forma de quejarse o protestar, así como resultado de su agresividad contenida. En estos casos, será importante que os lo toméis mucho más en serio y encontréis modos de enseñarle a cambiar esos comportamientos.
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