Mi bebé se destapa por las noches: Saco de Dormir

Saco de dormir o mantita para el Bebé.

Después de pensar en escribir sobre este tema que a tantos padres, estoy seguro, nos preocupa, me di cuenta que nuestra compañera Silvia, hace un año (el 5 de febrero de 2013, para ser exactos), escribió sobre el asunto en cuestión en este mismo blog. No es de extrañar que hayamos coincidido en el tema igual que seguro que coincidimos en la preocupación. A cualquier padre se le ocurren preocupaciones similares porque son muchas las cosas en común entre todos los bebés del mundo.

bonjourbebe

Bueno, en mi caso, la preocupación comparte espacio a partes iguales con cierto guiño de comedia porque no deja de hacerme gracia que, incluso profundamente dormido, cuando le veo destapado, nada más posar la sábana sobre él, pegue un respingo y de una patada, que ni el mejor karateka del mundo, se libere de esa “pesada” carga. Vamos, que parece que en vez de una sábana le estoy echando aceite hirviendo por el cuerpo, tal es su reacción. Y, hay que reconocerlo, tiene su gracia.

Lo que pasa es que la gracia se diluye cuando, especialmente en estas noches de mantas-de-punto-lisas-azul-bonjourinvierno, la temperatura de la habitación va cayendo y le notas, incluso, las manitas y la carita frías.

La primera medida que se nos puede ocurrir es la de regular la calefacción. Normalmente, las calefacciones disponen de unos termostatos programables y “salta” la calefacción cuando la temperatura de la casa baja de ciertos grados. Recomiendan que los bebés duerman por la noche con una temperatura entre los 18 y 20 grados centígrados. Pero, claro, eso teniendo en cuenta que estará abrigado con su sábana o su mantita. Yo diría que tener la habitación a 20 grados nos permite estar más o menos seguros incluso si se destapa.

De todos modos, como bien comentó Silvia en su post, existe una ayuda extra, si es que las sábanas son el archienemigo de vuestro bebé: el saco de dormir. Como envuelven por completo al bebé no hay posibilidad de “escapatoria”. Además, en nuestro caso puede servir para matar dos pájaros de un tiro. Resulta que, como inquieto que es nuestro chaval, se encoge, saca los pies de los pies del pijama (pijama de una pieza, ¡¡¡con lo que se destapa no se nos ocurre un pijama de dos piezas ni locos!!!), con lo que las piernas del pijama le quedan colganderas. Y todo va bien hasta que quiere estirarse otra vez y, claro, ahora es el pijama el que se rebela contra él y se cabrea. Con el saco de dormir, esta lucha se acaba.

Schlafsack Edgar

Eso sí, no hay garantía de que al bebé le guste la idea del saco de dormir, os advierto. Pero, bueno, como con todo (léase chupete, tetinas de biberones, etc.) es cuestión de paciencia.

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Acerca de Javier

Un Padre con la L
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