En un post anterior os hablaba sobre los motivos que pueden provocar o influir en que la mujer embarazada sufra alguna caída, más allá de algún traspié o torpeza que todos podemos tener en algún momento, por ello, en este post me voy en qué hacer o que medidas tomar, cómo valorar la caída, y qué síntomas pueden alertarnos tras ese episodio.
En primer lugar, es cierto que, en la mayoría de los casos no suelen ser caídas demasiado graves, aunque lo mejor es que acudas al ginecólogo para que tome medidas y te revise a ti y a tu pequeño, realizando una ecografía, en monitores… las comprobaciones habituales.
Aun así, es importante indicar algunos síntomas que pueden servir de alerta o llamada de atención para que acudas con urgencia al servicio médico. De este modo, observa si tras el incidente tienes sangrado vaginal, notas que has perdido líquido amniótico, tienes dolor en la zona abdominal, notas contracciones que no paran, a lo que se le denomina hipertonía uterina y, sobre todo, percibes que tu bebé ha dejado de moverse. En estos casos, deberás acudir rápido a tu médico para que realice la revisión oportuna y confirme si se ha producido alguna alteración o hay algún tipo de problema.
Por otro lado, cabe destacar que también influye la parte que más se vea afectada en la caída. Es decir, si caes sobre tu abdomen, será más grave que si te caes de rodillas, por ejemplo. Es evidente que si parte de este golpe recae sobre la zona de la barriga será más peligroso que si no es así. Aun así, aunque te caigas sobre la zona más delicada, también influirá la magnitud de la caída.
Además también es importante saber que, aunque solemos pensar que, en los primeros meses es más grave que esto ocurra, lo cierto es que el hecho de que durante el primer trimestre e incluso un poco más, el feto sea aún muy pequeño le protegerá del golpe, ya que, puede quedarse entre los huesos de la pelvis. Conforme vaya creciendo sí habrá más peligro ya que tiene mayor tamaño y está más expuesto si se produjera la caída.
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