Si tu pequeño ha acabado el primer trimestre escolar con malas notas, será el momento de reorganizarlo todo y plantear nuevos objetivos y metas para que la situación mejore. Ante todo, es importante que padres e hijos tengan buena comunicación, ya que, será importantísimo que una vez que se conozcan estas malas calificaciones, se sienten a hablar sobre ello para valorar la situación y encontrar cuál ha sido el fallo o fallos cometidos.
Hay ocasiones en que el niño no se ha esforzado lo suficiente, no ha seguido unas técnicas de estudio, no le ha dedicado el tiempo adecuado, cuestiones del ámbito familiar que le han hecho estar desconcentrado… los motivos pueden ser muy diferentes, por ello será importante que los padres hablen con ellos con tranquilidad, aunque tomando una posición intermedia, es decir, sin ser demasiado estrictos ni tampoco condescendientes.
Y es que la actitud de los padres es fundamental y también dependerá del comportamiento del niño o de las causas que le han llevado a obtener malas notas. Por ejemplo, si vuestro hijo ha alcanzado la edad adolescente y por rebeldía ha dejado en un segundo plano sus estudios, será importante que seáis claros y estrictos, para que entienda la importancia de cumplir sus obligaciones y que no puede tomar a broma, cuestiones como sus estudios que le abrirán las puertas del mercado laboral el día de mañana.
Si por el contrario, el motivo de que los resultados no hayan sido los esperados, es porque no está pasando por un buen momento, ya sea, un divorcio, así como el hecho de entrar en un nuevo colegio e incluso de subir a un nivel superior en sus estudios, deberéis mostraros comprensivos, dejándole claro que estáis ahí para ayudarle y apoyarle, sin dejar de exigirle el esfuerzo necesario por su parte.
Por otro lado, en ocasiones, el problema radica en que el niño tiene problemas de concentración, no se organiza bien, no tiene buenas técnicas de estudio… en este caso, los padres deberéis aconsejarle y dejarle claro ciertas pautas o normas que deberá cumplir desde que comience el segundo trimestre. Es decir, cuestiones como establecer unos horarios de estudio, una habitación en la que se pueda concentrar, sin televisión, por ejemplo, cómodo y con buena iluminación. También será importante que cada día repase lo que ha hecho en clase, realice todas las actividades, se organice de cara a los exámenes para no estudiar el último día, el de antes… Sin duda, estas son algunas de las pautas, en las que profundizaré en un próximo post.
De este modo, quizás esas malas notas marquen un antes y un después, y tanto para el niño como para vosotros supongan el comienzo de “vamos a hacer las cosas bien”.
Por otro lado, en ocasiones la raíz del problema se encuentra en la autoestima de vuestro hijo, ya que, en ocasiones, escuchareis frases del tipo “no soy capaz”, “no sirvo para estudiar”, “esto es muy difícil”… En este punto, será importante vuestra ayuda, ya que, si se encierra en el “NO PUEDO”, será difícil que encuentre las herramientas para avanzar.
De este modo, como comenté anteriormente, es importante que no le castiguéis o riñáis en exceso, ya que, quizás eso haga que se sienta inferior e incapaz y por supuesto, no caigáis en el error de compararle con sus hermanos u otros compañeros. Ante todo, aunque no alabaréis lo que ha hecho mal, sí que le animaréis, diciéndole que es capaz, que sólo debe esforzarse más y que ahí estaréis para ayudarles.
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