Lo sé, no escarmentaré, como seguro que tampoco escarmentarás tú como madre o padre. Me encanta comprarle juguetes a mi hija que terminan arrinconados al segundo día. No me canso. Por mucho que me diga a mí misma que ya no nos caben en casa o en el trastero, entro en una juguetería y se me van los ojos hacia cualquier cosa que crea que le va a a gustar. Y cuantas más luces o sonido tengan, mejor.
Recuerdo que mi matrona solía comentar que los mejores juguetes para un bebé eran las manos y la cara de sus padres. Y creo que no le faltaba razón.
Por eso hoy quiero rendir un homenaje a las cosas con las que juega mi hija (y seguro que todos los niños del mundo mundial) que no son juguetes como tales. ¡Comencemos!
Las pinzas de tender
Cuando le digo que vamos a tender la ropa me sonríe y aplaude. Porque llega para ella uno de los mejores momentos del día. ¡Va a jugar con las pinzas de colores! Vacía el cesto, las lanza por la habitación y las va recogiendo una a una. No puede haber cosa más divertida.
La ropa que espera a ser doblada
No puedo despistarme un minuto. Ropa que ve en el barreño que acabo de recoger y espera a ser doblada, ropa que coge y reboza por toda la casa. La pone en el carro de las muñecas, la pasea, se la coloca a modo de capa… Lo mismo le sirve una camiseta que unas bragas o unos calzoncillos. Lo importante es jugar con algo
El rollo del papel higiénico
Un catalejo perfecto para vigilar a sus muñecos. O para rodarlo por el suelo y colarlo debajo de algún mueble. Un clásico de los juguetes.
Las cajas de cartón
Ya sean de zapatos, del suero fisiológico que se ha agotado o incluso los cartones vacíos de los huevos, son unas camas estupendas para los muñecos o para guardar las piezas de los puzzles. O si son un poco grandes, ¡a meterse dentro! ¡Viva la imaginación de los peques!
El bidé: el rey de los juguetes de agua
Ya sé por qué hay un bidé en todos los baños: para que los niños abran y cierren el grifo y chapoteen con sus manos. Es meterme en el baño y enseguida llegar mi hija dispuesta a hacer de las suyas con el agua del bidé. Cuidado, después el suelo quedará resbaladizo.
El papel de envolver regalos
Es cierto: a los niños les gusta más el papel de envolver que el propio regalo en sí. Se lo pasan pipa arrugándolo y contemplado sus llamativos colores.
Y hasta aquí, mi listado de juguetes divertidísimos que no lo son. ¿El qué, divertidísimos? ¡No, juguetes!
¿Con qué otros objetos juega tu hijo? ¿Te apetece contarnos sus ocurrencias?
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