A finales del S. XX se operaba a los bebés sin dormirlos. ¿Qué os parece?Esta y otras frases como que los recién nacidos son tratados como objetos y no como niños son las que se recogen en este vídeo en el que se cita continuamente al gran revolucionario Frédérick Leboyer, un ginecólogo que después de atender muchos partos instrumentalizados durante años en su clínica privada se da cuenta, tras un viaje a la India, de que el bebé necesita respeto como cualquier ser humano.
Los bebés, lejos de necesitar ser golpeados en el trasero y cogidos de los pies cual conejos, necesitan el calor y el olor de su madre, su principal referente.
Dicen que un parto puede llegar a ser incluso placentero. Para una madre como yo, que aún habiendo intentado parto natural y habiendo parido, ha tenido un doloroso parto inducido en hospital, es difícil imaginar un parto sin dolor, así que más costoso me resulta imaginarlo placentero.
Pero un parto en un hospital es la antítesis del entorno que necesita una mujer para poder parir de forma natural ya que no hay intimidad, hay mucho intervencionismo y mucha prisa por ponerte prostaglandinas y oxitocina con el objetivo de que dilates y no estés dos días pariendo en el hospital. Existen lugares como en Inglaterra en los que se contempla el parto en casa como una opción más, cubierta incluso por la Seguridad Social. Así que dejemos de llevarnos las manos a la cabeza cuando una mujer se plantea un parto natural, porque, valga la redundancia, es lo más natural del mundo.
En esta Web podéis ampliar la información sobre este tipo de partos, vividos en la intimidad y en la libertad de que sea el cuerpo quien decida qué y cómo. En confiar en la capacidad del cuerpo para hacer una cosa para la que ha sido programado, parir, con naturalidad y con amor, que es con el mismo ingrediente que con el que se crea la vida.
Si te ha gustado esta información, compártela a través de tu Red Social Facebook, Twitter…
