No conozco a ninguna madre que no le encante ver como el padre de sus hijos les cuida, les ama y les acaricia. Por cada madre hay un padre, y a las madres nos encantan muchas cosas que los padres hacer con los hijos mutuos. Estoy segura que si eres madre sabes de lo que estoy hablando, pero si no sabes a qué me refiero, no te pierdas las siguientes líneas.
A las madres nos encanta la forma en que un padre mira a su bebé acurrucado en sus fuertes brazos. Ese bebé pequeño y frágil protegido por los brazos de su padre, alguien que le amará siempre sin pedir nada a cambio, con el amor más puro y verdadero que puede existir en nuestro planeta.
A las madres también nos encanta la forma en que un padre juega con los niños. Su rostro se ilumina mientras escucha los gritos de alegría que provienen del pequeño que está entusiasmado por jugar con su padre. Las madres no podemos evitar sonreír mientras les escuchamos jugar a los coches, a los aviones o a cantar las canciones más tontas sólo por hacer reír al pequeño… y es que para unos padres la risa de un hijo es la mejor melodía que pueden escuchar sus oídos.
A las madres nos encanta ver la forma en que un padre consuela a su hijo cuando éste está aterrorizado en mitad de la noche. A las madres nos gusta mirar desde la puerta como el papá le dice a su pequeño que los hijos no existen y busca por cada rincón de la habitación rastro de los temidos monstruos para acabar con ellos en caso de que saliera alguno de improvisto. También nos encanta ver como los padres son capaces de dormir en una pequeña e incómoda cama para que el pequeño se sienta más seguro en esa noche de miedos por culpa de las pesadillas.
A las madres nos encanta ver como un padre habla a sus hijos con todo el amor del mundo, como es capaz de apagar el fuego de cualquier dragón con el único objetivo de ver a su hijo/a sonreír. Nos encanta verle leer cuentos a sus pequeños mientras les acaricia el pelo.
A las madres nos encanta la paciencia que tienen los padres cuando sus pequeños les están contando una historia interminable sobre algo que sucedió en el recreo. O como abraza a su pequeño aunque haya perdido el partido, porque lo que importa no es ganar… es participar.
En definitiva, a las madres nos encanta ver como los padres son padres y se comportan con todo el amor del mundo en cada gesto que dedican a nuestros pequeños, ¿o no?
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