El pasado 18 de junio saltó a los medios de comunicación la noticia de una sentencia dictada por un juez australiano. En ella, condenaba a una madre a dejar de amamantar a su hijo de 11 meses por haberse hecho un tatuaje y entender que podría tener consecuencias muy graves para la salud del bebé. Todo ello, parece ser, sin tener en cuenta las pruebas aportadas por la mujer, que descartaban el VIH o la hepatitis.
Por supuesto, las reacciones de las organizaciones en defensa de la lactancia no se han hecho esperar, alegando que el riesgo de infección derivado de un tatuaje es mínimo y que, por tanto, no constituye razón válida para prohibir a una madre dar el pecho a su hijo.
¿Y entonces? ¿Son compatibles tatuajes y lactancia?
Como me interesa bastante el tema, y no porque tenga un tatuaje o esté pensando en hacérmelo, he acudido a una fuente muy fiable para consultar este tipo de compatibilidades con la lactancia: e-lactancia.org, como ya os conté en posts anteriores.
Según e-lactancia, los tatuajes comportan un riesgo para la lactancia de nivel 1, esto es, un riesgo leve o poco probable. ¿Significa eso que hay riesgo? Hay riesgo si el tatuaje no se realiza bajo unas estrictas condiciones higiénico-saludables que impidan el contagio de enfermedades como el VIH o la hepatitis.
¿Y la tinta de los tatuajes? ¿Puede pasar a la leche materna?
Continuando con la explicación de e-lactancia, los pigmentos y sustancias que se utilizan en la realización de un tatuaje no pasan a la sangre. Y en consiguiente, tampoco a la leche materna.
¿Y qué ocurre con los medicamentos y cremas que se emplean antes y después de hacerse un tatuaje?
Según e-lactancia, tanto la anestesia local que pueda ser utilizada previamente como los analgésicos para calmar las molestias, son totalmente compatibles con la lactancia.
Ahora bien, se nos advierte de 2 posibles actuaciones que se deberían evitar:
- Tatuajes en los pezones: el bebé puede llegar a absorber los pigmentos
- Eliminación de tatuajes por láser: los pigmentos se disgregan, pasando a la sangre y en consecuencia a la leche.
De todo esto nos quedamos con una idea fundamental: los tatuajes siempre han de hacerse en un lugar y por una persona que cuente con todas las garantías higiénico-sanitarias. En caso contrario, mejor no hacérselo.
¿Conocías esta relación entre lactancia y tatuajes?
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