La sudoración en los más pequeños de la casa

Que la sudoración no era propio de bebés muy pequeños lo veníamos oyendo desde antes de que nuestro hijo naciera. Pero, como todo proceso fisiológico del ser humano, acaba por aparecer.

la sudoración en bebés

La sudoración se consolida, alcanza su grado de madurez, a partir de los cuatro años del niño, más o menos. En ese momento, el cuerpo del pequeño consigue que esta función corporal trabaje para lograr su objetivo de regulación de la temperatura, que es para lo que sirve el sudor.

No obstante, antes de esa edad es posible observar cómo llegan los primeros sudores de nuestros hijos e, incluso, que se produzca la hiperhidrosis o exceso de sudoración.

Me ha hecho pensar sobre este tema el hecho de que nos hayamos dado cuenta mi mujer y yo que estos últimos días, nuestro hijo de once meses empapa la sillita del coche, se le cala la espalda de sudor con frecuencia, se le ve el pelo de la nuca empapado…

la sudoración en los peques la sudoración en bebés

Son todo consecuencias lógicas de la etapa de su vida, con un mayor índice de actividad física (no sólo gatea sino que se levanta, se mantiene en equilibrio –o lo intenta, al menos-, salva obstáculos, levanta cosas, las zarandea, las lanza con fuerza, se retuerce en brazos… en definitiva, una demostración de capacidad física que cansa al más pintado que ose” tenerle en brazos mucho tiempo o seguir sus andanzas por el salón).

Es importante no abrigarle más de la cuenta (no abrigues demasiado a tu hijo si tú mismo no te tienes necesidad de abrigarte) y vestirle con ropa (incluidos los calcetines, porque los pies son un punto importante de regulación de la temperatura corporal) y zapatos que sean transpirables.

la sudoración en los pequeñines

Si el body que lleve se moja por causa del sudor, hay que intentar cambiarle lo antes posible. No suele ser necesario consultar al pediatra si nuestro bebé suda mucho. Aunque, de todos modos, cada padre es quién mejor sabe qué consultar y cuándo.

Los primeros sudores han de llegar, especialmente con estos calores incipientes que tenemos, y mantener una higiene básica y unos hábitos razonables en lo que a la vestimenta y las condiciones ambientales se refiere (no tenerle al sol mucho rato, ni en sitios donde haga mucho calor) suele ser suficientes para que el sudor sea un aspecto más del crecimiento del niño y no una preocupación.

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Acerca de Javier

Un Padre con la L
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