La maternidad deja una firma en el cuerpo de una madre.
En este vídeo muestran la naturalidad de los cuerpos de unas mujeres que han sido madres. Con la maternidad de una mujer se ensancha, sus huesos y órganos se desplazan y su vientre se expande para dar acogida a la vida.
La maternidad es un hecho tan importante en la vida de cualquier mujer que el propio cuerpo quiere guardar recuerdo de ello a través de su piel.
Es como si quisiera hacerse su propio tatuaje.
Algunas mujeres grabaremos el hecho de la maternidad, tan trascendental en nuestro cuerpo con estrías, otras tendremos alguna cicatriz, habremos perdido elasticidad o firmeza en algunas zonas como el abdomen o tendremos el pecho más caído.
Todas somos diferentes pero todas somos bellas. Hemos sido capaces a través de nuestro cuerpo y alma de crear vida dentro de nosotras y seguimos siendo bonitas por dentro y por fuera. No olvidemos que seguimos siendo las mimas, pero enriquecidas con el valor de la maternidad, es decir, con más experiencias, valores y sensaciones.
En el vídeo explican que a veces las revistas o el retoque fotográfico pueden engañarnos haciendo creer que una mujer puede tener un cuerpo de veinteañera a pesar de haber tenido varios embarazos.
No dudo que existan divas que lo cumplan, pero serán casos excepcionales. La mayoría de mujeres que criamos a nuestros hijos e hijas no tenemos tiempo de ir al gimnasio, por lo menos los primeros meses y/o años, con lo cual es prácticamente imposible modelar de nuevo el cuerpo para que vuelva a su estado anterior.
Lo que tenemos que reivindicar es que no queremos que nos engañen, somos madres, somos mujeres, pero no somos tontas. No debemos obsesionarnos más que con la sonrisa de nuestras creaciones, las maravillosas criaturas que han escogido nacer a través de nuestro ser.
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