La importancia de la luz del sol para un bebé

Con el verano ya dominando cada día, es normal hacerse la pregunta de rigor, sobre la importancia de la luz del sol para un bebé ante tantas precauciones que hay que tomar.

Sin duda lo es y esto es tan cierto como que hay que protegerle de la exposición excesiva al sol ya que su piel, mucho más sensible que la de los adultos, puede sufrir enormemente más que la nuestra cuando se ve atacada de continuo por los rayos solares (que, dicho sea de paso, por la debilidad de la capa atmosférica que los retiene, tienen efectos perjudiciales más contundentes y logran sus devastadores objetivos mucho antes que hace unos años).

la importancia de la luz del sol

La luz solar es la fuente principal de vitamina D con la que cuenta el ser humano y esa vitamina D, a su vez, es fundamental para que se fije el calcio y, por tanto, crezcan los huesos lo suficientemente vigorosos y sanos.

Si sólo considerásemos esta razón, teniendo en cuenta la importancia de una estructura ósea bien constituida y con fuerza suficiente, ya diríamos que el sol para un bebé (que se encuentra en plena ebullición de su propio desarrollo corporal y, por tanto, es más sensible a sus beneficios) es altamente beneficioso.

Pero es que, además, para problemas como la ictericia (coloración amarillenta de la piel por un aumento de los niveles de bilirubina) o dermatitis del pañal se recomienda una exposición de unos diez minutos diarios al sol (cuando los rayos del sol no caigan de plano) para superar en el bebé estos problemas.

la importancia de los rayos solares

Sin embargo, aunque el sol es fuente de vitamina D, también es un generador de rayos ultra violeta (de varios tipos) que son los causantes de quemaduras en la piel, otras lesiones cutáneas que, incluso, pueden llegar a extremos altamente negativos como cánceres de piel.

la importancia de la vitamina d

La melamina es la sustancia química que tiene nuestro organismo (en distintas concentraciones y colores en cada ser humano, de ahí las diferentes tonalidades que adquieren los morenos de cada uno) que reacciona con los rayos ultravioleta, convirtiéndose en la primera barrera protectora contra la acción perniciosa de estos rayos.

Sin embargo, el “aguante” de la melamina no es infinito y una exposición demasiado alta sin la protección adecuada puede conllevar los problemas descritos anteriormente.

Especialmente en los niños con piel y ojos claros, el riesgo de que los rayos del sol pasen de ser beneficiosos a perjudiciales es mayor.

 

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Un Padre con la L
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