Jamón Serrano o Jamón Cocido, ¿Qué puedo comer durante el embarazo?

Te enteras de que estás embarazada y de repente no sabes qué puedes o no comer, todo el mundo comenta cosas sobre el jamón serrano, el atún, o el marisco. Parece ser que, en caso de tener gato, tienes que echarlo a la calle, y que ya no podrás comer nada de embutido. Pero ¿qué es real de todo esto?

Bueno, ante todo explicar, que las medidas de higiene y prevención que se toman en el embarazo con  respecto a la alimentación, van enfocadas prioritariamente a evitar dos infecciones: la toxoplasmosis, y la anisakiosis.

La toxoplasmosis es una enfermedad infecciosa ocasionada por el parásito toxoplasma gondii. Se transmite de animal a persona, la única forma de transmitirla de persona a persona es cuando la mujer está embarazada y puede transmitírsela a su bebé. Esta enfermedad a la madre no le afecta a penas, puede no darse cuenta de que la ha pasado, o pasar un simple resfriado. Sin embargo si la pasa durante el embarazo, al feto si le afecta, y puede llegar a hacerlo de manera grave.

El portador de esta infección es el gato, que transmite el parásito a través de sus heces. Si pensamos bien, aunque sea el gato el único que transmite el parásito directamente, las heces de gatos pueden estar en todas partes, es decir, en la misma tierra donde meten el hocico otros animales como el cerdo o el cordero, que pueden tragar estas heces infectadas, y el parásito se quedaría en sus tejidos formando quistes, pudiendo ser ingeridos por nosotras cuando comemos su carne. Además hay otras cosas que están en contacto con la tierra, como las frutas, hortalizas y verduras, por lo que también debemos prestar atención a ello. Según esto… se nos ocurren varias preguntas ¿debo dejar de comer carne entonces? ¿qué hago con las verduras y las frutas? Si tengo un gato en casa ¿qué puedo hacer?

No hay que dejar de comer carne, sólo hay que tener cuidado a la hora de manipularla (cuando la estamos preparando para cocinarla, que está aún cruda) y cocinarla. No se puede comer carne cruda, ya que podría contener este parásito y, al no pasar por altas temperaturas en la sartén,  no moriría y podría infectarnos. Para ello aconsejamos varias cosas:

-         Lavarse las manos después de tocar y manipular carne cruda.

-         Comer carnes bien hechas ( que desaparezca el color rosita de la carne poco hecha que tanto nos gusta a veces)

-         En el caso de embutidos, no comerlos si no han pasado un proceso de cocinado, por ejemplo, el jamón cocido, al estar cocido, ya ha sido sometido a altas temperaturas, por lo que si se puede comer, sin embargo, el salchichón, o el jamón serrano, no está tratado, ni cocinado, por lo que no se podría comer directamente. Pero hay formas de comer jamón serrano, y es tan fácil como congelarlo a -20ºC durante 2 días, y luego descongelarlo a temperatura ambiente y comerlo tan ricamente. El problema es que hay que asegurarse de que el congelador llega a estas bajas temperaturas, y suelen llegar a ellas los congeladores que están separados de los frigoríficos. Siempre podéis fijaros en la temperatura a la que llegan vuestros congeladores y si se puede, ¿ por qué no dejar unas lonchitas de jamón serrano preparadas para un día especial que se te antojen?

-         Con la fruta, verdura, y hortalizas hay que tener precaución antes de comerlas. Se tienen que lavar muy bien, o bien con agua y jabón, o bien con amukina (la lejía para los alimentos que se vende en los supermercados), y tener en cuenta medidas de higiene siempre que se toquen frutas y verduras, o que cambiéis la tierra de las plantas o flores que tengáis en casa. O si tenéis un pequeño huertecito, poneros guantes al manipular la tierra, o lavaros muy bien las manos después de hacerlo.

-         Y… ¿qué hago con mi gato? Puede ser que tu gato no tenga la toxoplasmosis, o puede que sí. Es muy frecuente que si has tenido como mascota a un gato durante años, tú ya hayas pasado la toxoplasmosis, por lo que no pasaría nada, porque ya habrías pasado la infección y ya no la transmitirías a tu bebé. Pero por si acaso, debes tener cuidado, para nada tienes que echar a tu gato de casa, solo debes intentar evitar ser tú la que cambie la arena de su caja, o si lo haces, hacerlo con guantes.  Puedes seguir acariciándolo, pero no te acerques mucho al hocico, y lávate las manos siempre.

 

 

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