Hace unos años pude oír de la boca de una compañera de trabajo que a su hijo le habían diagnosticado el TDAH o trastorno por déficit de atención.
Entre lo que explicaba mi excompañera se podía intuir una madre destrozada por tener que medicar a su hijo pero con la convicción de que lo hacía por su bien, sino el médico no le hubiera recetado la batería de pastillas que debía darle.
No me imagino lo que sentirá esa mujer cuando lea noticias como la del ABC de hace unos días en la que el catedrático de Psicopatología y Técnicas de Intervención en la Universidad de Oviedo y especialista en Psicología Clínica Marino Pérez asegura que no existe nada en el cerebro que justifique el TDAH y que la medicación que suele administrarse a los niños y niñas diagnosticados con este trastorno es más un dopaje que un tratamiento.
La afirmación sobre la inexistencia de el TDAH está plasmada en el libro titulado “Volviendo a la normalidad” del cual son autores Fernando García de Vinuesa, Héctor González de Pardo y Marino Pérez.
En el libro se desmiente que el TDAH sea un trastorno propiamente dicho y hace los padres responsables de no tomar las riendas en la educación de sus hijos a los que catalogan como inquietos y desatentos en la consulta del doctor.
Según Marino no existe prueba médica alguna que demuestre la existencia del TDAH, lo que no quiere decir que los niños y niñas así diagnosticados no tengan problemas, pero que son otro tipo de problemas, normales en la infancia. Según Marino los niños y niñas tienen que aprender a sentarse, no es algo que todos y todas sepan hacer, dejando de lado sus impulsos naturales y su curiosidad por atender otra cosa o por moverse.Aquí tenéis la entrevista completa por si queréis leerla.
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