El sistema educativo en España es anacrónico. Anacrónico quiere decir que forma parte del pasado, que no se corresponde con el tiempo que le es propio. Lo increíble es que una frase de Albert Eintein ya anunciaba uno de los mayores defectos de nuestro actual sistema educativo: “Todos somos genios. Pero si juzgas a un pez por su habilidad para trepar árboles, pasará toda su vida creyendo que es estúpido”.
Lo que no es normal es que todos los estudiantes, independientemente de nuestras habilidades, destrezas, actitudes, aptitudes o pasiones tengamos que seguir el mismo modelo curricular, con el sistema educativo actual.
De la misma forma que si los padres juzgamos a nuestros hijos, estos forjarán su personalidad y su carácter basándose en nuestras valoraciones, en la escuela, no podemos realizar el mismo examen ni obligar a seguir el mismo camino a todos los niños y niñas, porque los estamos delimitando. El actual sistema educativo es el de hace muchos años, es decir, han habido reformas, pero pocas, no de base. La base es tener en cuenta al individuo. La base debería ser respetar las habilidades de cada persona y si su pasión es el baile flamenco, ya me dirás que pérdida de tiempo y las frustraciones que se llevará de regalo un niño al que le obliguen a hacer Física, Matemáticas o Latín.
Deberíamos tener todos un marco básico de cultura, en esto estoy de acuerdo, pero no pasar todos por el aro queriendo o sin querer. Además la gracia es que encima, según la Comunidad Autónoma, se impartirá un tipo u otro de Historia, con lo cual, actualmente, casi no tenemos ni lo básico.
De esto me percaté cuando empecé a cursar COU (para los más jóvenes era el último curso después del bachillerato que se supone que te preparaba para la prueba de acceso a la Universidad). Cursé COU en un Instituto del País Vasco, mientras que BUP (que eran los tres años de bachillerato) lo cursé en un Instituto de Cataluña. Toda la historia que yo llevaba aprendida durante años y años (incluida la primaria o Enseñanza General Básica, osea EGB) me sirvió de poco.
Al final conseguí aprovar con un Suficiente, llenando mi cabeza de nombres como Jose Mª Usandizaga o Catalina de Erauso pero lo mío me costó…
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