El respeto a los mayores ha de ser inculcado por los padres por el bien de todos.
Los tiempos cambian, las costumbres, los hábitos… Aun así, creo que hay valores y comportamientos que no deben perderse con el paso del tiempo. Es el caso del respeto a los mayores. Y con ello no sólo me refiero a cuestiones de civismo como dejarles paso, ayudarles al cruzar un paso de peatones o no ocupar los primeros asientos en los autobuses públicos. Estos son algunos de los ejemplos que se nos vienen a la 
cabeza cuando hablamos del respeto a los mayores, aún así, es importante que los padres
enseñen a sus hijos algunos puntos más que también son muy importantes.
Y es que, deben hacerles comprender que la sabiduría y la experiencia de los mayores son merecedoras de mucho respeto y que, por ello, deben comportarse adecuadamente con ellos, valorando todo lo que pueden aportarles y evitando caer en el comportamiento “pasota”.
¿A qué me refiero con tener respeto a los mayores?
A que en ocasiones nuestros mayores, al pertenecer a una época que ha cambiado o simplemente como fruto de la edad y los achaques que ella conlleva, puede que tengan despistes o que se confundan. Es importante que los pequeños no pongan malas caras, ni les ignoren. Lo mejor es que les ayuden a comprender lo que quizás no entendieron, que sean comprensivos y les dediquen la atención que merecen. En estos casos, será fundamental que cuando estés cerca de estas situaciones, les llames la atención y les expliques la importancia de tener gestos de cariño y comprensión con ellos.
Asimismo, como antes dije, es importante que no caigan en esa actitud de rechazo, sino que, por el contrario les enseñéis a valorar todo lo que pueden aportarles. Experiencia, confianza, complicidad… muchos valores que harán que tanto pequeños como mayores disfruten de su compañía mutua. Y es que, mientras que para los primeros, cuando realmente entiendan todo lo que pueden aprender escuchándoles, las de historias interesantes que pueden contarles de sus padres cuando eran pequeños, de otros momentos, de tradiciones que ya no se conservan… lo valorarán muchísimo.
Asimismo, para las personas mayores poder contar con esa escucha atenta y entregada les hace renovar fuerzas. De hecho, son muchos los abuelos que afirman sentirse más jóvenes cuando están con sus nietos, que no solo el hecho de cuidarlos o darles de comer, por ejemplo, les hace sentir bien, sino que les encanta jugar con ellos y olvidar por un día los achaques o dolores propios de la edad.
En definitiva, serán los padres los que eduquen a sus pequeños en este respeto a los mayores y les hagan comprender que pueden ser su apoyo y sostén, al igual que ellos pueden ayudarles y ser sus confidentes, puesto que la edad les ayudará a darles los mejores consejos, a veces.
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