Numerosas hormonas juegan diferentes papeles en el proceso de gestación pero considero que, hay que destacar especialmente a la oxitocina, por su protagonismo, tanto en el parto, como posteriormente en la lactancia. Además, también tiene importancia en el momento de la concepción, ya que, atrae a los espermatozoides hacia el óvulo, con el fin de que se produzca el embarazo.
Así, en primer lugar, el parto dará comienzo, en parte, gracias a dicha hormona, ya que, será la encargada de que comiencen las contracciones que poco a poco irán haciendo que la mujer dilate, para que se produzca el alumbramiento. De este modo, el cuerpo empieza a generar una mayor cantidad de dicha hormona con el fin de que se produzca la dilatación del cérvix uterino y por supuesto de la zona vaginal.
Posteriormente, tras el alumbramiento, tu cuerpo seguirá produciendo en gran cantidad oxitocina, ya que, ayudará a que se recupere el útero, que se ha visto sometido a un gran esfuerzo y también será la encargada de influir en la coagulación de la zona de la placenta. Y es que, es cierto que, tras el parto, dicha parte de tu cuerpo quedará especialmente afectada y gracias a esta hormona, irás recuperándote poco a poco.
Y por supuesto, no queda ahí, puesto que, además también juega un papel fundamental cuando comience la lactancia materna, ya que, dicha hormona activará las glándulas mamarias, con el fin de que tu cuerpo pueda producir leche para tu bebé. En definitiva, el hecho de que tu bebé al tomar el pezón y succionar, encuentre leche, será gracias a que la oxitocina haya activado todo este proceso.
El problema se produce cuando tu cuerpo no es capaz de segregar la oxitocina de forma independiente o cuando no lo hace en cantidades suficientes. De este modo, especialmente cuando comienza el parto, la mujer recibirá una ayuda, si esto ocurriese. Es decir, se le colocará un suero intravenoso, es el método habitual, para que se aceleren las contracciones, ya que, a veces, la mujer, por ejemplo, rompe aguas y comienza el proceso, pero la dilatación es demasiado lenta y por ello, se hace necesario un empuje, por decirlo de algún modo.
También el especialista puede tomar la determinación de inyectarle oxitocina en aquellos casos en que se induzca al parto, por ejemplo, en los embarazos prolongados, de 42 semanas, ya que, continuar sin dar a luz traería complicaciones tanto para la mamá como para el bebé.
A veces también se administra si se comprueba que existe sufrimiento fetal, ya que, sin duda, puede ayudar a que todo se desencadene de una forma más fluida y rápida.
Asimismo, ya que también ayuda a que tu cuerpo se recupere, a veces, se mantiene el suero en el postparto para que cese el sangrado de la herida, provocada por la salida de la placenta en el alumbramiento.
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