Según la SEGO (sociedad española de ginecología y obstetricia), se define el parto normal como el proceso fisiológico único, con que la mujer finaliza su gestación a término, en el que están implicado factores psicológicos y socioculturales.
Su inicio es espontáneo, se desarrolla y termina sin complicaciones, culmina con el nacimiento y no implica más intervención que el apoyo integral y respetuoso del mismo.
Durante el embarazo, la mujer no presta mucha atención a dicho momento. Durante el
primer trimestre se concentra en superar náuseas y mareos, en el segundo se relaja y disfruta más de su estado, entusiasmada en comprar ropita y preparar la habitación. Es en el tercer trimestre cuando la mujer toma conciencia de que hay que prepararse en mayor o menor medida para el nacimiento del bebé. Coincide además con el comienzo de las clases de preparación al parto en el centro de salud. Quien mas y quien menos habrá hablado del parto con amigas o familiares cercanos y dependiendo de las experiencias de las demás y lo que decida informarse por su cuenta llevara una idea de lo que supone el parto, mas o menos acertada.
Durante las clases de preparación al parto es el momento ideal para aclarar dudas y aliviar tensiones. Saber de antemano cómo puede iniciarse el parto y cuales son las acciones que va a realizar el equipo obstétrico en el hospital, es de gran ayuda, para disminuir el estrés en la gestante cuando se acerca el momento del nacimiento.
Una de las cosas que más temen las futuras mamás es al dolor. Personalmente me gusta ser sincera con las madres en las clases preparto, o cuando acuden al hospital en fase prodrómica. El parto duele, no hay más, pero es un dolor fisiológico y que tiene sentido. Es fisiológico, porque anatómicamente la distensión de las estructuras del canal del parto produce dolor. Sobre el aspecto fisiológico del dolor se puede actuar en mayor o en menor medida con fármacos. Aquí interviene la famosa epidural, aunque existen otros métodos que ya trataremos más adelante y que se usan en algunos hospitales.
En el aspecto más psicológico del dolor, influyen factores como el acompañamiento y el apoyo de la mujer, en el embarazo y parto, por parte de seres queridos y profesionales. Influye si ese niño es deseado o no. Y algo que quizá pasa más desapercibido, el dolor del parto es la demostración física de un duelo interno por la perdida de ese estado de fusión que representa el embarazo para mediante el parto, pasar a un estado en que ya son dos personas independientes.
Pero el dolor del parto es el único que tiene un sentido, que no es más ni menos que el nacimiento de un bebé normalmente deseado. Por ello también les digo a las gestantes que en cuanto ven y tocan a su hijo, desaparece todo rastro de sufrimiento vivido hasta entonces.
Es tal la alegría del nacimiento, que durante unos minutos no existe dolor, ni cansancio, ni siquiera preocupación alguna. Fisiológicamente hay una descarga de endorfinas, que son analgésicos naturales, y de oxitocina, también llamada hormona del amor, que hacen que mamá, hijo y también a veces un padre bien predispuesto, establezcan un nexo de unión, un vínculo indestructible, que durará para siempre a pesar de las vicisitudes de la vida.
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