El descubrimiento de la playa para un bebé de quince meses

Seguro que más que él, teníamos ganas sus padres de presenciar el descubrimiento de la playa para nuestro hijo de quince meses.

el descubrimiento de la playa

Veníamos pensando en este momento del descubrimiento desde que el verano pasado nos planteamos llevarle a la playa y finalmente decidimos esperar para que él se pudiera enterar también de lo que iba a vivir porque, suponíamos, supondría un cambio significativo en su, hasta el momento, corta vida.

Es cierto que también andábamos con la duda de a qué tipo de niños pertenecería nuestro hijo, aquellos a los que les horroriza el tacto de la arena de la playa o los que no sólo la soportan sino que la toman casi como otro compañero de juegos.

el descubrimiento del bebe en playa Viendo cómo se había comportado ya con el césped de la piscina (grima, cero), no obstante, teníamos fundadas sospechas de que no fuera un problema cambiar verde por amarillo y hierba por arena.

Y así fue. Primera duda despejada: no pertenecía a los que tienen aversión a la arena de la playa (supongo que tendrá que hacerse mayor para acabar blasfemando porque se te mete por todos lados y te tienes que dar más de una ducha después y ni con esas consigues eliminarla del todo…).

Buen comienzo, pensamos. Pero lo mejor estaba por venir..

Porque, claro, a nuestro hijo que, de por sí, le encanta el agua (ve una piscina y se “lanza” literalmente, desafiando nuestra rapidez de reacción para interceptarle a tiempo), ver una extensión tan magnífica del líquido elemento delante de él pues, qué queréis que os diga, le dejó literalmente con la boca abierta y sin dejar de señalar con su dedito extendido lo que tenía enfrente. Maravillosa estampa, os lo aseguro. Cuando la viváis veréis que no tiene precio.

Otro momento único ha sido su primera inclusión en el agua.

el descubrimiento de la playa Tras pasar por un ligero instante de temor al ver que una línea creciente de agua se le acercaba intimidándole (no sabía, el pobre, que se le venía encima su primera ola), comenzó su particular disfrute del baño con su padre.

Haber elegido una playa con bastante extensión donde no cubre, aguas sin algas ni medusas y cuya temperatura permita estar lo suficiente para no tener que entrar y salir, fue todo un acierto para su primera vez en la playa, en el mar. La cara de satisfacción de los padres, seguro que era de foto…

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Un Padre con la L
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