Ha llegado a mis manos en su preciso momento (tengo un virus de esos que te obligan a abrazar el sofá sin dejarte levantar más de 10 minutos) un libro de Augusto Cury titulado “Padres Brillantes, Maestros Fascinantes”, super interesante para todo aquel que participe en la educación algún menor.
Este libro es una recomendación de mi hermana, a la que le ha parecido tan interesante que según ella, deberían leerlo todos los padres, madres, profesores y profesoras del mundo.
Entre las recomendaciones del autor, psiquiatra y psicoterapeuta desde el año 1986, está la de conectar con la emoción cuando estamos hablando con nuestros y nuestras niñas. Una reprimenda repetitiva que no conecte con la emoción no servirá para nada más que para desvincularnos de nuestros hijos e hijas cada vez más. Sin embargo, si le damos creatividad y emoción al asunto llegando a conectar con la emoción, haremos que el o la peque piensen y así servirá para aprender de una forma más respetuosa.
Por ejemplo si cuando les regañamos en luegar de saltar con la primera frase que nos pasa por la cabeza, hacemos una pausa, y luego les decimos lo que no nos ha gustado pero que aún así les queremos y respetamos (que es la pura verdad pero que si no lo decimos ellos y ellas no lo saben), seguramente conseguiremos que piensen sobre lo sucedido y aprendan de esa experiencia para otras futuras.
Entre las habilidades que Augusto Cury nos invita a padres y madres brillantes a perfeccionar está la de dejar que tus hijos te conozcan, nutrir su personalidad, enseñarles a pensar y a ser críticos, prepararlos para los fracasos y difiltutades de la vida y DIALOGAR, como herramienta para llevar a cabo todas estas habilidades descritas.
Según Gardner (1995) diaglogar es más que hablar ya que es contar experiencias, hablar de lo que está oculto en el corazón, penetrar más allá de la cortina de los comportamientos o desarrollar la inteligencia interpersonal.
¿Cuánta importancia le das tú a la parte emocional en la educación?
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