Los dientes de leche deben cuidarse y mucho, no porque de leche sean hay que menospreciarlos ya que hay piezas que no se caen hasta los 10 o 12 años.
Mucha gente confunde los dientes de leche con el hecho de que tengan o no nervio y vaya a doler o no una vez exista la caries.
La relación entre los dientes de leche y los dientes definitivos es estrecha lo que quiere decir que si un niño no cuida sus primeros dientes y acarrea caries en ellos posiblemente será un adulto que se acabará haciendo amigo de su dentista por sus numerosas y constantes visitas.
En los dientes de leche el esmalte es más fino y por ello la caries que hemos detectado hoy puede avanzar a pasos agigantados y convertirse en un problema en poco tiempo ya que además el nervio está más cercano al exterior de la pieza.
Las causas son diversas, desde la genética hasta la alimentación pasando por una higiene descuidada o un consumo excesivo de dulces.
Cuando hablamos de dulces en las mentes de todo el mundo aparecen las conocidas “chuches”. Me crispa un poco los nervios que siempre que sale el tema de las caries de mi hija mayor la gente dé por sentado que la he atiborrado a chucherías. Claro, soy una madre que lee, que intenta cocinar y comprar sano pero cuando veo un puesto de chucherías me vuelvo loca de remate y no puedo remediar comprarlas a kilos. Pues no, mi hija no se atiborra de caramelos o chucherías pero sí la he atiborrado inconscientemente a zumos.
Y los zumos, sobretodo con pajita, son los más íntimos amigos de las no deseadas caries. La causa de la caries es una bacteria que se transmite por la saliva y se alimenta de sacarosa.
El zumo aumenta la acidez por sus azúcares y ácidos proporcionando un medio ideal a la bacteria que deteriorará los dientes.
Durante más de un curso entero escolar he estado dándole un zumo “sin azúcares añadidos” con pajita a mi hija con la buena intención de proporcionarle algún líquido que no fuera el Actimel o agua…Y los zumos es lo que le ha estropeado toda su dentadura y los que la van hacer ir al dentista unas cuantas veces con sólo cinco añitos.