A veces pensamos que nuestros pequeños solo quieren grandes regalos o fiestas sorpresas, y aunque siempre hay excepciones, en la mayoría de los casos no ocurre así y a veces los pequeños detalles suelen ser los que se queden grabados en su memoria y les hagan ser niños felices y contentos.
Aunque esto parezca sencillo a primera vista, a veces no lo es en absoluto. Y es que, en una sociedad en la que trabajamos, cumplimos responsabilidades, plazos, rutinas… a veces, no nos preocupamos de esos pequeños detalles y los pequeños, más que nadie, saben reconocerlos. Y es que, por ejemplo, ¿por qué no intentar de algún modo recoger al pequeño en el colegio cuando salga? Sé que en la mayoría de las ocasiones es complicado por los horarios pero, sin duda, la cara de ilusión y la emoción que sentirá al verte, te compensará el esfuerzo que te haya costado llegar un poquito antes.
Y es que, aunque parece que no estoy diciendo nada especial, ni nada nuevo, a veces, el ritmo que llevamos nos hace dejar a un lado esos detalles y es importante que en algún momento los adultos nos demos ese toque de atención.
Por ejemplo, si sabes que le encantaría ver esa nueva película que han estrenado en el cine de dibujos animados, guarda un hueco en esa semana, ya sea, una tarde de un día normal o el fin de semana para ir con él y pasar ese momento juntos. De hecho, muchos padres se martirizan y lo digo así porque a mi alrededor conozco a muchos que les ocurre, por no poder llegar a tiempo a casa antes de que sus hijos se duerman, ya que, al ser pequeños se acuestan pronto y se pierden ese momento. ¿Qué hacer? Pues quizás pueda ser una buena idea, que algún día en la semana grabes un pequeño video y que la persona que lo acueste, ya sea el papá o algún familiar, se lo ponga y así puedas darle las buenas noches aunque sea virtualmente. Por supuesto, el día que acabes antes, corre a casa para disfrutar en vivo y en directo de ese momento.
Asimismo, siguiendo con este tema, una vez que reacciones y te des cuenta, organiza planes que sepas que pueden gustarle pero que te permitirán disfrutar sin que al final acabes saturad@. ¿Y si el sábado en vez de preparar algo rápido para comer, os metéis juntos en la cocina y hacéis su plato favorito? Y si invitas a algunos de sus amigos y preparas palomitas para que disfruten de la tarde, mientras que, incluso tú puedes seguir con tus quehaceres. La cuestión es ser conscientes de que no podemos dejar de mimar a los que queremos, en este caso, a los hijos y además, es que es taaaan reconfortante sentir que con esos pequeños detalles les hacemos felices.
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