Cómo elegir la trona perfecta y no morir en el intento

Trona

Comprar la trona de tu bebé puede parecer un tema banal. ¡Qué más da! ¡Si todas cumplen la misma función! Sí, es cierto, pero cuando te metes en faena te das cuenta de la cantidad de modelos y prestaciones que puedes encontrar.

Para que no te pierdas y divagues hasta aburrirte, te doy algunas de las claves que, en mi modesta opinión, has de tener en cuenta a la hora de elegir tu trona.

Cosas a tener en cuenta a la hora de elegir la trona

  • Tamaño. En el tema tronas hemos de tener en cuenta la proporción existente entre el tamaño de nuestra casa y de la trona: deber ser directamente proporcional. Así que si vives en una casa pequeña, opta mejor por una trona de reducidas dimensiones. Si no, te acabará estorbando y no sabrás dónde meterla. Hay tronas portátiles que se colocan encima de una silla y se pueden plegar cuando el bebé ya no las usa. Porque esa es otra: piensa en lo que harás con la trona cuando sea capaz de sentarse en una silla normal: ¿tienes suficiente espacio en el trastero para un elemento más? O mejor dicho, ¿tienes trastero? ;)
  • Que se pueda lavar o limpiar bien. No puedes hacerte una idea de cómo acabará la trona después de comer. ¡Mejor no te lo digo! ;) Por eso, asegúrate de que la tapicería pueda desenfundarse y meter en la lavadora. O si no tiene tapicería, que pueda ser limpiada tras cada uso con facilidad.
  • Bandeja grande. Cuanta más superficie de apoyo tenga el niño para albergar el plato, el vaso y demás utensilios, mejor. Si no, verás atónita cómo todo se empieza a caer al suelo.
  • Y extraíble. Cuando el niño va creciendo, le gustará estar sentado a la mesa, como el resto de la familia. Por eso considero importante que la bandeja pueda ser extraída.
  • Seguridad. Asegúrate de que la trona cuenta con un sistema de correas suficiente para que el niño no pueda salir.
  • Resistencia. ¿Crees que el niño, en un rabieta, podría moverla hasta tirarla? Entonces esa no es tu trona.
  • Comodidad. Piensa que el niño va a estar sentado durante bastante rato varias veces al día, así que la tapicería ha de ser lo más acolchada posible y de un material fresquito y transpirable.
  • Reclinable. ¿Tu hijo se suele quedar dormido comiendo? Entonces necesitas una trona que sea reclinable, sí o sí. ¡La de siestas que se va a echar después de comer!
  • ¿Salís mucho a comer fuera? En ese caso, piensa que quizá pueda interesarte comprar una trona portátil. Así podrás llevarla a todos lados e instalarla en cualquier silla.

Ahora sí. Ya tienes toda la información para elegir bien la trona y no morir en el intento. ;) ¿Algo más que añadir? ¡Hazlo, no te cortes!

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