Los padres deben aprender a decir NO a sus hijos.
Cuando un hombre y una mujer se convierten en padres, desde ese preciso momento, solo piensan en darle lo mejor a su pequeño y en hacer todo lo posible para que sea muy feliz. 
Pero eso no implica decirles siempre que sí a todo y dejarles hacer lo que les plazca.
Y es que, desde que son pequeños, los niños deben comprender que existen unos límites, unas normas, así como unos deberes y por supuesto derechos. Y es labor de los padres que aprendan todo ello, por lo que deben ser para sus hijos su mayor ejemplo,
Sin embargo y aunque muchos padres que lean estas líneas pensarán que es algo más que evidente y sencillo, no siempre se lleva a cabo y son muchos los motivos que pueden llevar a que finalmente los pequeños sean niños consentidos y que conforme crezcan se frustren continuamente cuando comprueben que los demás no siempre les dan lo que piden o les dicen aquello que desean escuchar.
De hecho, hay muchos padres que no saben decir No a sus hijos y que, confundidos totalmente, no saben que con ello les están haciendo un flaco favor.
Y es que, no por complacer todos sus deseos y hacer todo los que ellos le pidan, serán niños más felices y con una infancia mejor. Es importante que entiendan que todos tenemos que cumplir con nuestras obligaciones y que las cosas no son fáciles a veces de conseguir, sino que requieren mucho esfuerzo, constancia y perseverancia. Son valores fundamentales, sin duda, los pilares de una buena educación.
A ello se une que actualmente son muchas las parejas o matrimonios que trabajan y por ello, pasan mucho tiempo fuera de casa. Esto hace que se sientan a menudo culpables de no prestarles más atención a sus hijos o simplemente de pasar más horas con ellos, compartiendo juegos o ayudándoles en sus deberes, por ejemplo.
Por consiguiente, cuando están con ellos, sienten que no son capaces de decirles que no cuando les pidan muchas golosinas o quieran acostarse tarde, por poner algunos ejemplos, a pesar de que ellos mismos saben que no es lo que deben hacer.
Sin embargo, sea por este motivo o por otros, como por ejemplo, en el caso de padres divorciados, que quieren darle a su hijo todos los caprichos para que no quiera más al otro miembro de la pareja, es importante que sean conscientes de que deben educar a sus hijos de forma coherente y que hacer lo mejor para ellos no siempre implica decirles que sí a todo, a pesar de que así consigan que por unos instantes el niño esté muy contento.
Hay que saber valorar a los pequeños cuando hacen las cosas bien, mejorando así su autoestima, y reñirles o hacerles entender que ese comportamiento no es el adecuado para así ayudarles a ser mejores.
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