Cólicos del Lactante.¿Qué puedo hacer?

Síntomas

Lo característico de los cólicos del lactante son ataques de llanto de inicio repentino, más frecuentes durante la tarde y la noche, que pueden durar desde unos minutos a varias horas. El bebé suele encoger las piernas sobre el abdomen y cerrar los puños, manteniéndose vigoroso y con la cara enrojecida por el esfuerzo. Cuando el llanto cede, se vuelve a encontrar con un aspecto normal.

 

¿Cómo se diagnostican?

Normalmente no es necesaria ninguna prueba diagnóstica, pues el diagnóstico viene dado por el llanto característico unido a una exploración normal del bebé. En la exploración se buscan otras causas que pueden provocar dolor (un golpe, otitis, etc.). Si el niño se encuentra muy decaído o con fiebre deben descartarse otros problemas como infecciones o invaginación intestinal.

¿Qué puedo hacer?

No existen remedios universales para los cólicos del lactante. Es importante entender que es un trastorno benigno que acaba desapareciendo por sí solo con el tiempo (es raro que dure más allá de los 4 meses de edad) y en el que la familia debe armarse de paciencia. El pediatra le ayudará a descartar que el llanto se deba a otro tipo de problemas o a alguna enfermedad, pero es difícil que encuentre una solución eficaz y rápida como todos desearían.

Lo primero, tras comprobar que el bebé está limpio y no tiene hambre, es tomar al niño en brazos para reconfortarlo, buscando la posición en la que se encuentre más tranquilo (boca arriba o abajo, horizontal o vertical, con los brazos o sobre su pecho, etc.) intentando transmitirle tranquilidad. Un suave masaje en la espalda o en el abdomen puede ayudar. Si se calma así no tengas miedo a malcriarlo, pues es natural que un lactante pequeño busque el contacto con sus padres y eso no impedirá que después se haga más independiente. Algunos se encuentran más a gusto envueltos en una manta y en contacto estrecho con su cuidador, mientras que otros prefieren estar más libres. A veces el llanto se calma meciéndolo suavemente, columpiándolo en una hamaca o dando un paseo en su cochecito.

Si el bebé hace las tomas con mucha avidez es posible que trague mucho aire. Para ayudarle a eliminar los gases  sujétalo unos minutos después de la toma en posición vertical para que pueda expulsarlos eructando. Si toma leche materna, es importante asegurarse de que el bebé vacíe bien un pecho antes de cambiarlo al otro, pues la leche que sale al vaciar por completo el pecho es más rica en grasa y energía, por lo que sacia mejor el hambre.

El llanto frecuente y prolongado de un bebé puede alterar considerablemente la vida familiar, pues el cansancio y la preocupación se van acumulando progresivamente. Por eso es importante tener en cuenta el necesario descanso de madres y padres, relevándose en su cuidado, buscando apoyo de algún familiar e incluso dándose algún día de “vacaciones” en el cuidado del bebé.

Aunque existen diversos medicamentos y productos de parafarmacia comercializados para los cólicos del lactante, su eficacia es más aparente que real, similar a la que se consigue usando un placebo, pues los cólicos también se interrumpen y acaban desapareciendo por sí solos. Lo mismo se puede decir de las infusiones o los productos homeopáticos. Algunas plantas naturales, como el anís estrellado, pueden ser peligrosas, pues administradas en exceso provocan intoxicaciones graves.

¿Qué consecuencias tienen?

Afortunadamente, los cólicos del lactante son un trastorno benigno, que desaparece por si sólo tras los primeros meses de vida y que no produce secuelas en el niño.

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Acerca de Paloma

Enfermera Pediatría
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