A falta de una, nosotros fuimos a dos tipos de clases preparto.
Por supuesto, asistimos a las de la Seguridad Social. Pero, además, como por nuestro trabajo tenemos seguro privado, fuimos a las clases preparto del privado.
Actualmente, yo creo que, en cuanto a la orientación de las charlas, no existe gran diferencia entre lo público y lo privado ya que se está imponiendo la visión del parto humanizado y todos los profesionales que se dedican a impartir estas clases hacen hincapié en este punto de vista.
Todos pensamos en ejercicios de respiración cuando oímos hablar de clases preparto.
Pero es bastante más.
De hecho, creo que las distintas opciones de respiración que, es verdad, te explican según las etapas del parto es, posiblemente, lo que antes se olvida y, probablemente, de lo que menos se ponga en práctica el día del parto. No digo que no se haga en absoluto pero no va a estar la cosa como para marcar ritmos tipo gimnasio, os lo aseguro.
¿De qué se habla en los cursos de preparación al parto?
Sin embargo, estas clases preparto tiene una parte teórica en la que se cuenta los cambios que va sufriendo el bebé durante los nueve meses y también los que experimenta la madre y esto es de gran utilidad, primero, para conocer los “entresijos” de la aventura en la que nos hemos embarcado y, segundo, para estar mentalmente preparados para los cambios que se van a producir.
Y cuando digo “preparados” no he querido decir “preparada” porque el hombre debe saber también en qué puede ayudar, con qué cosas debe callarse, cuándo debe dar ánimos, en qué instantes tener más paciencia, sobre qué informarse más… ¡¡¡Hay que darle duro desde el principio, chicos!!!
En cuanto a la parte física, creo que una de las partes más positivas, prácticas y útiles de las clases preparto son los ejercicios de suelo pélvico que, como hemos dicho ya en un post, son fundamentales no sólo para que el parto vaya como debe ir (al tener más flexibilidad en los músculos del suelo pélvico las tensiones que se van a producir se llevarán mejor) sino para soportar una recuperación postparto mucho mejor o, incluso, no darse cuenta de tal recuperación.
En nuestro caso, el expulsivo, la última parte del parto, fue visto y no visto gracias a los ejercicios que hicimos mi mujer y yo todos los días los últimos meses. Y vuelvo a usar el plural: nosotros, los hombres, bien podemos ayudarla todos los días a contar en cada ejercicio y que ella se preocupe sólo de hacerlos, que debe estar concentrada.
Además de esto, en las clases preparto se habla de las pruebas que tocará hacerse y cuándo, de la dieta que conviene seguir, de los distintos métodos de anestesia, de las posturas para dar a la luz, de las técnicas usadas para el parto… En definitiva, conviene ir y prestar atención ya que el acontecimiento que vamos a vivir, que estamos viviendo, lo merece.
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