Aromafork. ¿Solución para los niños que no quieren comer?

Mi hijo no quiere comer

Lo has intentado todo, y a todas horas. Comes a la vez que tu hijo, aunque eso implique adoptar un horario más que europeo, creas platos configurando con los alimentos las caras más divertidas, investigas nuevas recetas para hacer que el momento de la comida o la cena sea el más entretenido del día, recurres a la televisión, cantas, bailas, contratas a un mago y hasta a alguien disfrazado de Peppa Pig.

Pero tu hijo monta un cirio cada vez que le sientas en la trona o en la silla del comedor. Se niega a comer. Y cada día se convierte en una tortura, te dan ganas de huir y de gritar cuando ves que cierra la boca en banda o se limita a comer solo un par de bocados de los dos menús distintos que le has presentado a la hora del almuerzo, por si suena la flauta. ¡Socorro!

¿Hasta dónde llegarías para que tu hijo quisiera comer?

Seguro que, como madre, has jurado y perjurado que jamás de los jamases harías el avioncito con el tenedor, recurrirías a los dibujos animados o dibujarías círculos con los guisantes. Quizá no lo has necesitado porque a tu hijo le gusta comer. Y realizar alguna de estas actividades sentados a la mesa te parece una aberración.

Sin embargo, tener un hijo malcomedor, como se suele decir en estos casos, te mina la moral, puede contigo, desespera… No solo porque sientes miedo de que no afronte el día con la energía característica de un niño de su edad, sino porque comienzas a temer que, a la larga,  tenga una deficiencia nutricional o presente algún problema de crecimiento.

Así que, no de extrañar que una madre, ante esta tesitura, pueda llegar a hacer cosas que rozan ciertos límites, no sé si éticos, gastronómicos o educativos. ;)  Porque todas queremos lo mejor para nuestros hijos.

Aromafork: un tenedor que cambia el sabor de los alimentos

¿Te gustan las judías verdes cocidas? ¿Y si supieran a chocolate? Igual la cosa cambiaba entonces con tu hijo, ¿no? Esta es la idea básica de un tenedor revolucionario, Aromafork, que hace que la hora de comer se convierta en una experiencia de lo más sensorial.

Porque no se trata de un tenedor normal y corriente. Su novedad radica en que contiene una hendidura en su mango donde puede colocarse una pequeña pastilla de papel que, una vez humedecida con unas gotas de la esencia del sabor que queramos, libera un aroma para hacer más apetecible la comida.

¿Sano? ¿Recomendable? ¿Excentricidad? Que cada uno juzgue lo que tiene en casa. Porque, como decía Ortega y Gasset,

“Yo soy yo y mi circunstancia”

¿A tu hijo le gusta comer?

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