Aprender idiomas y la riqueza para expresarte en varios idiomas.
Escucho desde la ventana que le dice una niña de unos cinco años a otra…
- M’escoltes? Jo parlo català (¿Me escuchas? Yo hablo catalán) y le contesta la otra:
-Sí, jo també, parlo cinc idiomas (Sí, yo también, hablo cinco idiomas)
Y de repente se me abren los ojos como platos y se me escapa una silenciosa carcajada mientras le estoy dando pecho a mi bebé de 4 meses.
Y salgo de la casita del camping en la que estamos veraneando y oigo a la vecina cómo les está regalando una divertida clase de inglés con juegos de magia a sus hijos. (Debe ser profesora de inglés, pienso).
En el colegio de mi hija hacen inglés cada día y con cinco años pronuncia “Green” con mucho más salero que su padre o yo.
Pero aprenden jugando, cantando y divirtiéndose, sin forzar y respetando las etapas evolutivas de cada niño como defiende la autora del libro Rebeca Wild “Educar para ser”.
Lejos de subjetivismos y opiniones políticas creo que la riqueza de que una persona pueda expresarse en varios idiomas supone una herramienta que le puede proporcionar más alegrías que otra cosa tanto en el campo profesional como en el personal.
Mi generación empezaba a estudiar inglés en sexto de E.G.B. como pronto mientras que los niños de hoy en día inician su aventura con este idioma ya con 3 o 4 años.
A la hora de escoger escuela fue para mí prioritario el número de horas del segundo o tercer idioma (en mi caso el inglés) más que si las clases de materias transversales se impartían en una u otra lengua (ya que las dos son maternas, el catalán o el castellano).
En definitiva, los idiomas no dejan de ser un instrumento que aumenta el poder de comunicación con otras personas y dan seguridad para viajar y conocer nuevos lugares y culturas que enriquecen.
No dejemos que las ideas políticas entorpezcan la libertad en la educación de nuestros hijos que no son nuestros, ya que son seres libres que crecerán y tienen el derecho a recorrer su propio camino.
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Nosotros llevamos siempre que podemos en verano a nuestros hijos a un campamento bilungüe de Cantabria, Irish Summer Camp, y ahí mejoran el inglés que aprenden en la escuela el resto del año, con un montón de actividades y juegos y con profesores nativos que es lo más importante!