Hace ya un par de años que es habitual ver en el cine las sesiones de una misma película distribuidas no sólo por el idioma, sino también por el tipo de reproducción: la tradicional o en 3D.
Antes ya había aparecido el 3D en el mercado a través de los videojuegos aunque éstos suelen ser utilizados por un tipo de público infantil o juvenil, de mayor edad que los 6 años, en principio. El estudio de la Universidad de Berkeley de California (EEUU) sobre el uso de 3D en imágenes para niños y niñas sobretodo menores de 6 años indica que puede causar molestias oculares, dolores de cabeza y fatiga. El sistema visual de los y las peques está en desarrollo con lo que someter al ojo a un tipo de imagen no realista que hace forzar la vista no les hace ningún bien. El fenómeno de adaptación del ojo se produce cuanto el ojo necesita ajustar repetidamente la distancia de la pantalla al contenido 3D.
El presidente del Consejo General de Colegios de Ópticos-Optometristas de la Comunidad Valenciana (CGCOO), Vicente Roda, pide que se limite el uso de la tecnología 3D a menores de 13 años de edad.
La Agencia Nacional de Seguridad Sanitaria de Francia (Anses) recomienda que los menores de 6 años no vean ni películas ni videojuegos en 3D por los daños en la visión que la exposición puede provocar. Y de hecho la propia empresa Nintendo avisó de este efecto secundario relacionado con la vista cuando lanzó al mercado su consola de vídeo en 3D. Italia por su parte recomendó en 2013 restringir el uso de lentes 3D a los niños y niñas motivada por una recomendación de su agencia de salud nacional.
Y en España aquí estamos, utilizando las gafas en los cines que incluso te las regalan potenciando el 3D cuando son preestrenos, aunque estemos hablando de películas dirigidas al público infantil, sin preguntar ni siquiera la edad del menor.
¿Soléis ver películas en 3D con vuestros peques?
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